8/3/15

Siglo de locos

“¡Siglo de locos, enfermos y perversos, en el que la ignorancia crasa rivaliza con la infamia!” 
 
 
 Magnífica simbiosis de novela negra y novela histórica ambientada en la Francia de mediados del siglo XVIII. Olivier Barde-Cabuçon demuestra con esta segunda entrega de las aventuras de Volnay, el comisario de las muertes extrañas, que su capacidad para evocar el convulso periodo previo a la Revolución de 1789 con verosimilitud histórica y al mismo tiempo elaborar con ese material una interesante lectura crítica de los tiempos actuales sigue funcionando a un alto nivel.
 
"Misa negra" es una novela de prosa elegante y refinada que combina con gran habilidad la eficaz recreación histórica a la que aludíamos hace un momento con una entretenida trama de investigación policial con trasfondo de crítica social, sugerentes toques de ambientación gótica y pasajes cargados de humor y fina ironía.
 
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Una helada y lluviosa noche de diciembre, mientras por las calles de París grupos de jóvenes exaltados andan de fiesta ocultando su identidad bajo máscaras y disfraces, una patrulla de arqueros encuentra en un cementerio de la capital el cuerpo sin vida de una niña de apenas trece años. La joven, que yace sobre una tumba con los brazos abiertos en cruz, ha sido estrangulada. Cerca del lugar en el que han encontrado a la muchacha localizan también un gallo degollado. Todo parece indicar que esa noche, en ese lugar, se estaba celebrando una misa negra y que la víctima ha sido asesinada como consecuencia del macabro ritual.
 
Volnay, el comisario de las muertes extrañas, y su ingenioso ayudante, un monje de dudosa reputación y pasado misterioso, asumen el caso casi como si se tratara de una cuestión personal. Pero la investigación no será fácil… Las pistas son algo confusas y en el Châtelet de la policía del reino, el suceso ha suscitado cierto nerviosismo… cosa que sin duda tendrá implicaciones para el desarrollo de la investigación.
 
Sartien, el lugarteniente general de policía, presiona al comisario Volnay para que resuelva el caso lo antes posible o como mínimo para que encuentre a un culpable. Hay que evitar a toda costa que suceda algo parecido a lo ocurrido durante el reinado de Luis XIV con el caso de María Magdalena D’Aubray, marquesa de Brinvilliers, en el que se vieron implicadas numerosas personas de elevado rango. La opinión pública y la rumorología que se extiende por mercados y tabernas empieza a preocupar y mucho a las fuerzas del orden…
 
Es por eso que Sartine obligará a Volnay a incluir en su equipo a su mano derecha, una bella e inteligente muchacha de nombre Helena, que inevitablemente traerá tensiones entre el monje y el comisario...
 
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Normalmente, cuando escribimos una reseña acostumbramos a mencionar por un lado las cosas que más nos han gustado o que nos han parecido más relevantes y, por otro, aquellas que en algún sentido juzgamos problemáticas. Con la novela de Olivier Barde-Cabuçon nos resulta relativamente sencillo destacar sus virtudes porque tiene muchas y saltan a la vista y, en cambio, no conseguimos identificar aspectos mejorables. "Misa negra" es una novela de una factura impecable que no parece tener grietas ni altibajos.
 
Lo más destacable de la novela: 
 
Una pareja de investigadores con caracteres intercambiados
 
Tal y como hemos apuntado más arriba los investigadores del caso son un muchacho joven de unos treinta y pico años, Volnay, el comisario de las muertes extrañas, y un monje de edad avanzada. Como acostumbra a suceder en las novelas policiacas protagonizadas por una pareja de investigadores, los componentes del dúo poseen personalidades antitéticas y al mismo tiempo complementarias. En este caso, la originalidad reside en el hecho de que los roles que asumen ambos personajes (si uno atiende a su edad) parecen invertidos, cosa que los coloca en un estado de permanente conflicto consigo mismos y con el mundo.
 
A pesar de su juventud, Volnay es un tipo responsable, serio, taciturno, muy sensible a las injusticias sociales, que es capaz de controlar sus emociones en todo momento (sería algo así como el Watson de la pareja), pero que padece una cierta incapacidad para ser feliz… Vive solo o casi. En la novela tiene como única compañera a una cotorra a quien le confiesa sus penas. Y desde hace tiempo está sumido en una profunda tristeza que tiene su origen en un desengaño amoroso que no logra superar.
 
El monje, en cambio es, a pesar de sus cincuenta primaveras, un tipo jovial, extrovertido, con mucha labia, “la lengua es una de las pocas cosas que no se oxidan con la edad…”, mujeriego empedernido que no acepta su condición de anciano incipiente… Y muy leído y cultivado en todo tipo de materias (un poco a la manera de Sherlock Holmes) cosa que le permite llevar a cabo curiosas deducciones, pormenorizados análisis de las escenas del crimen o incluso autopsias de cadáveres. El monje, del que solo se cita el nombre en dos ocasiones a lo largo de toda la novela, es algo así como un criminólogo del siglo XVIII que únicamente basa sus investigaciones en métodos científicos. 
 
Un vívido retrato del París revolucionario
 
El segundo aspecto que nos gustaría destacar es el vívido retrato del París de mediados del siglo XVIII que Barde-Cabuçon lleva a cabo en la novela y que a nuestro juicio se desarrolla en distintos planos.
 
En primer lugar, habría un plano digamos más literal que se correspondería con la magnífica recreación de la vida de las calles, las tabernas, los mercados que se lleva a cabo a partir de informadas descripciones y diálogos. A partir de las páginas de "Misa negra" se hace la idea el lector de los escenarios así como los modos de vida y costumbres de los habitantes del París prerrevolucionario.
 
En segundo lugar, destaca el retrato de la desigualdad desmesurada entre el rey y sus decadentes cortesanos, únicamente preocupados por conseguir los favores del primero, y el resto de la población, que se ve obligada a sobrevivir como puede y que, en ocasiones, a causa por ejemplo del aumento del precio del pan, no tiene más remedio que alzarse contra el orden establecido. Muchas son las frases y pasajes que aluden a esta situación a lo largo de la novela. “Los recursos del reino son grandes pero los beneficiarios muy pocos…”, dirá en algún momento Volnay. “Cuando muere un mendigo no aparecen cometas; la muerte de los príncipes inflama a los propios cielos.”, dirá el instruido monje citando el Julio César de Shakespeare. Este retrato funciona como telón de fondo permanente a lo largo de toda la novela.
 
Por último, cabría mencionar la textura de la prosa de Barde-Cabuçon que imita con gran virtuosismo (al menos a nosotros nos lo parece) el refinamiento gramatical dieciochesco reproduciendo algo parecido al estilo de Voltaire, Rousseau o Montesquieu… Esta es una recreación más de tipo formal que complementa las anteriores y acentúa la inmersión por parte del lector en el periodo histórico en el que transcurre la acción de la novela.
 
Una lectura crítica de la Europa actual
 
A parte de la lectura histórica de la Francia prerrevolucionaria, entendemos que la novela de Olivier Barde-Cabuçon admite también una lectura contemporánea mediante la comparación o transposición a los tiempos actuales de algunas de las ideas y reflexiones que plantea. Nos quedamos con tres: la noción de desigualdad entre clases sociales, la de superstición e irracionalidad y, por último, la de control de la opinión pública.
 
Si uno piensa en las diferencias existentes entre los distintos países que en principio integran eso que llamamos Unión Europa, especialmente si uno se fija en las diferencias entre los países del norte y los del sur, si uno piensa en la irracionalidad de un montón de medidas y derivas (la de la deuda soberana y las agencias de calificación, pongamos por caso) que han condenado a muchas personas a la precariedad cuando no a la pobreza y si, finalmente, uno atiende por ejemplo a la tendenciosidad de determinadas estadísticas publicadas por organismos oficiales… no sería difícil argumentar que el espíritu de la corte de Versalles, y no los principios de libertad, igualdad y fraternidad, como en principio teníamos aprendido, sobrevivió al filo de todas las guillotinas y viajó en el tiempo… y tras unos años de aparente bienestar, se instaló de nuevo entre nosotros. Pero en esta ocasión no lo hizo cerca de París, sino en Berlín.
 
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En la actualidad, el ciclo del comisario de muertes extrañas está formado por cuatro novelas: Casanova y la mujer sin rostro, galardonado en 2012 con el prestigioso premio Sang d’Encre y también publicado por Siruela, "Misa negr"a (2013), Premio Historia 2013 a la mejor novela histórica policiaca francesa, "Tuez qui vous voulez" (2014) y "Humeur noire à Venise" (2015).
 
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FICHA TÉCNICA
 
- Título: Misa negra
- Título en el idioma original: Messe noire
- Autor: Olivier Barde-Cabuçon
- País: Francia
- Año publicación idioma original: 2013
- Año publicación versión leída para la reseña: 2015
- Editorial: Siruela
- Páginas: 350
- Valoración personal (1-10): 9

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