1/3/15

Regresar a la oscuridad

“Porque de la oscuridad es de donde vengo, y a la oscuridad es adonde de vez en cuando debo regresar.”



Algunos apuntes sobre asesinos en serie y ficción criminal

Aunque tal vez con otros nombres, la figura del asesino en serie lleva presente en la literatura desde hace mucho tiempo. Ya en el siglo XVII, el escritor francés Charles Perrault, reconocido por haber dado forma literaria a cuentos clásicos infantiles como "Caperucita Roja", escribió, inspirándose en la figura de Gilles de Rais, un cuento titulado "Barba Azul" que cuenta la historia de un hombre rico que asesina sistemáticamente a todas las muchachas con las que contrae matrimonio.

A finales del XIX, Bram Stoker publica "Drácula", que a pesar de ser un relato fantástico, en nuestra opinión, introduce elementos que sin duda anticipan el fenómeno de los asesinos en serie. De hecho, el personaje de Stoker es una de las trasposiciones del demonio y del mito del intruso destructor (Balló y Pérez, 1995) más exitosas e influyentes que ha dado la cultura occidental.

Pero no fue hasta los años 60 del siglo XX cuando la figura del asesino en serie, que tal vez podría entenderse como una especie de demonio secularizado, adquiere carta de naturalidad dentro y fuera del ámbito de la ficción. A ello contribuyeron varios factores. Destacamos tres.

En primer lugar el interés de los medios de comunicación por cubrir y dar publicidad a casos como los de Ed Gein o Charles Manson. Cabría apuntar aquí que, en su origen, la ficcional criminal también tuvo mucho que ver con el sensacionalismo de las historias sobre crímenes que se contaban en almanaques de prisiones como el londinense "Newgate Calendar".

En segundo lugar, la publicación de novelas como "Psycho" (1959), de Robert Bloch, que precisamente estuvo inspirada en la figura de Ed Gein, y que ofreció a lectores y espectadores (como recordarán, Hitchcock la llevó a la gran pantalla en 1960) uno de los primeros arquetipos modernos de asesino en serie de ficción.

Y aunque no se trate de un acontecimiento literario (aunque sí tuvo implicaciones literarias) cabría destacar en tercer lugar la acuñación del mismo término serial killer, esto es, asesino en serie o asesino múltiple, por parte de Robert Ressler durante la década de los 70. Ressler, que trabajó en el FBI durante al menos dos décadas, sentó las bases para el estudio del fenómeno desde el ámbito de la criminología y las ciencias de la conducta, que han sido y son campos fundamentales para entender gran parte de las obras de ficción criminal centradas en la figura del asesino en serie que se han escrito a lo largo de los últimos cuarenta años.

A finales de los 80 novelas como "El silencio de los corderos" (1988) de Thomas Harris, que también tuvo una exitosa adaptación cinematográfica popularizaron de manera definitiva la figura del asesino serial entre el gran público y películas como "Seven" (1995) de David Fincher o "Los sin nombre" (1999) de Jaume Balagueró le dieron continuidad y aportaron nuevos matices a los largo de los 90 mediante la hibridación con el noir o el género de terror. En la actualidad, el éxito de trilogías como "Los hombres de paja" de Michael Marshall Smith o series como Dexter confirman la vigencia del fenómeno. 

La hipótesis del mal de Donato Carrisi

"La hipótesis del mal" del escritor italiano Donato Carrisi se inscribe en esta tradición e intenta actualizar el arquetipo del intruso destructor al que hemos aludido más arriba centrándose, por una parte, en la figura de los asesinos en masa y concretamente en una de sus subcategorías o variantes, los asesinos itinerantes (argumento poco tratado en el ámbito del thriller), y por otra, en la figura del predicador carismático capaz de manipular y controlar hasta límites insospechados a sus fieles adeptos. La de Carrisi es una novela que ya no se conforma con un único asesino en serie sino que, en la línea de "Los sin nombre" de Balagueró o de la serie de Michael Marshall Smith, aspira a tejer una historia creíble y sobrecogedora sobre un grupo de ellos.

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Siete años después del caso del apuntador, Mila Vasquez, la agente de policía especializada en personas desaparecidas, es requerida para investigar la masacre que ha tenido lugar en la casa de un conocido empresario propietario de una empresa farmacéutica. Salvo el hijo menor, que ha logrado salvar la vida, el resto de los miembros de la familia, incluido el empresario, han sido ejecutados. Lo curioso del caso es que el asesino, un hombre llamado Roger Valin que desapareció sin dejar rastro hace diecisiete años, ha hecho todo lo posible para que la policía conozca su identidad…
El de Roger Valin será el primero de una serie de casos de personas desaparecidas desde hacía mucho tiempo que regresarán de la nada con el único propósito de cometer crímenes atroces. Mila les seguirá la pista con la ayuda de un introvertido policía llamado Simon Berish. Berish es una especie de paria, un apestado con el que nadie quiere tener trato si bien todos coinciden en señalarlo como el mejor interrogador del departamento.

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"La hipótesis del mal" es una novela ambiciosa tanto desde un punto de vista criminológico (está documentadísima) como literario (está concebida como un artefacto narrativo que intenta manipular de principio a fin las emociones del lector), y tiene uno de los arranques más eficaces que hemos leído últimamente en un thriller, pero a nuestro entender presenta los problemas típicos de muchas secuelas que suceden a una primera novela exitosa.
Con esta novela parece claro que Carrisi ha intentado reproducir la intensidad de "Lobos" recurriendo a las mismas estrategias y recursos narrativos que ya utilizó en la primera entrega del ciclo, pero en esta ocasión el autor ha querido dar otra vuelta de tuerca, consciente tal vez de que tenía el listón muy alto, y ha acabado dejándose llevar por el exceso.


Al igual que "Lobos", "La hipótesis del mal" es una novela de trama bastante compleja que se estructura a partir de la seriación o acumulación de distintos asesinos y asesinatos que mantienen un nexo común. Podría decirse también que las dos novelas están concebidas como una especie de laberinto narrativo (así la define el propio autor) que, a la manera de los cuentos infantiles, intenta atrapar al lector y agitar sus miedos y emociones más primarios… Asimismo, en ambas novelas, el autor italiano se sirve de escenas que casi podríamos calificar de gore y de golpes de efecto constantes que no dan tregua al lector y lo mantienen en tensión de principio a fin.

Pero en comparación con "Lobos", "La hipótesis del mal" es una novela claramente menos contenida y pulida en todos estos aspectos. Diríamos incluso que parece una novela algo prematura a la que lo faltó más tiempo de cocción. Quien sabe hasta qué punto habrán influido en esto las exigencias editoriales o la urgencia por dar continuidad a un éxito como el de "Lobos".

Lamentablemente, en "La hipótesis del mal" el sistema de pistas y la conexión entre los distintos casos se vuelve algo artificiosa a medida que la historia progresa, los golpes de escena caen a menudo en el efectismo fácil y la justificación digamos ético-filosófica, que al final de la novela debería dar sentido al conjunto y cerrar la historia de una manera satisfactoria para el lector, se vuelve enrevesada (“Cuando se hace el mal para hacer el bien. Y el bien puede transformarse en mal”) y no convence.

A nuestro entender, Carrisi es un buen escritor de thrillers (a pesar de su juventud tiene ya una extensa obra publicada), pero como todo autor de literatura de género prolífico tiene altibajos, que parecen bastante razonables si tenemos en cuenta que el reto de "La hipótesis del mal" consistía en igualar una novela de la que se han vendido cerca de un millón de ejemplares.

Nos gustaría terminar compartiendo una conclusión a la que hemos llegado leyendo a Carrisi... Leer un thriller se parece bastante a asistir un espectáculo de magia... para disfrutar, lo mejor es dejarse llevar por el juego de apariencias que propone el ilusionista, en este caso el escritor, atender con ojos de niño, incluso dejarse asustar y, claro, bajo ningún concepto intentar descifrar el truco. Si deciden leer "La hipótesis del mal" o "Lobos", sobre todo "Lobos", les recomendamos que se dejen llevar. Seguro que disfrutarán más que si lo hacen de otro modo.

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Además del ciclo de Mila Vasquez que, como hemos comentado cuenta con dos títulos, "Lobos" y "La hipótesis del mal" Donato Carrisi es también autor de otro ciclo de thrillers protagonizado por Marcus y Sandra que cuenta con dos novelas, "Il tribunale delle anime" (2011) y "Il caciatore del buio" (2014). Hasta la fecha y que sepamos nosotros estas dos novelas no han sido traducidas al español.

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FICHA TÉCNICA

- Título: La hipótesis del mal
- Título en el idioma original: L'ipotesi del male
- Autor: Donato Carrisi
- País: Italia
- Año publicación idioma original: 2013
- Año publicación versión leída para la reseña: 2015
- Editorial: Planeta
- Páginas: 486
- Valoración personal (1-10): 7

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Hace unas semanas Donato Carrisi se dejó caer por Barcelona para participar en la décima edición de BCNegra y tuvo la amabilidad de atender a una entrevista realizada por Cosecha Roja. La reproducimos a continuación. 

ENTREVISTA A DONATO CARRISI


 Donato Carrisi

CR (Cosecha Roja): ¿Cuándo empezó a escribir "Il suggeritore", "Lobos" en España, era consciente de estar escribiendo la primera novela del ciclo de Mila Vasquez o eso vino después?

DC (Donato Carrisi): Me di cuenta en el momento en que escribí la última frase del libro. Cuando la he releí, entendí que Mila ya había salido de la página y vivía una vida propia. Por eso supe que nos íbamos a encontrar de nuevo en otra historia.

CR: ¿Cuántas novelas prevé que integren el ciclo de Mila Vasquez? ¿Piensa en una tetralogía como por ejemplo la de Thomas Harris o imagina un ciclo más largo?

DC: Hasta que haya algo por contar, Mila coninuará existiendo...

CR:¿Por qué decidió iniciar un nuevo ciclo con dos nuevos personajes (Marcus y Sandra) después de publicar "Lobos" la primera novela de Mila Vasquez?

DC: Porque quería demostrar a mí mismo y al público que podía dejar de lado el éxito de "Lobos" y empezar de cero. Y porqué cuando he dado con la historia que ha inspirado el personaje de Marcus no podía hacer otra cosa que escribirla.

CR: A diferencia del ciclo de Marcus y Sandra, las novelas del ciclo de Mila Vasquez no están ambientadas en un lugar concreto, en una ciudad concreta… Así mismo, sus personajes tienen nombres muy variados que impiden asociarlos a un lugar geográfico determinado (Mila, Steph, Eric, Klaus, Jes, Thomas, Randy, Roger….) ¿Por qué recurre a esta estrategia?

DC: Porque quería que la novela fuera como un laberinto. Tú (lector) decides entrar, pero yo decido “cuándo” y “si” puedes salir (en general, tras la última línea de la última página). Quería que los personajes se perdieran en la historia, así como los lectores que no debían disponer de referencias geográficas para orientarse. Tenían que sentirse todos prisioneros de la historia.

CR: Tanto en "La hipótesis del mal" como en "Lobos" son novelas que parecen estar íntimamente conectadas con lo que podríamos llamar el imaginario del thriller norteamericano. ¿Está de acuerdo con esto? ¿En qué medida han influido el cine, las series y los autores de thriller norteamericanos en su manera de ambientar y escribir historias? ¿Cuáles son sus referentes anglosajones?

DC: Cierto, los anglosajones. Pero también los italianos, los españoles, los franceses… Directores como Amenabar, Dario Argento, Kassovitz han sido un modelo para mí. Los autores a los que me refiero son los grandes autores del pasado, como Chandler, pero también autores contemporáneos como Deaver o Connelly…

CR: Recientemente, en una mesa redonda en el marco de BCNegra 2015 le escuchamos decir que su autor de referencia es Umberto Eco y una de sus novelas más conocidas, "El nombre de la rosa". ¿Qué es lo que más le influenció de esa novela y de este autor?

DC: El nombre de la rosa fue publicado por primera vez en 1980, esto es, hace treintaicinco, y sin embargo cuando lo leemos hoy en día parece todavía extremadamente moderno (¡ y esto es una cosa extraordinaria para una novela histórica!) De manera que podría decirse que su libro ha superado los límites de la inmortalidad, dictando reglas de escritura y de lectura que seguirán siendo vigentes por muchos años. Pocos autores y pocos libros son capaces de hacer algo parecido.

CR: Volviendo al ciclo de Mila Vasquez… ¿Por qué una investigadora, una mujer?

DC: ¡Porque sin las mujeres no habría literatura! Las mujeres son los seres más complejos y fascinantes del universo. En ellas coexisten interrogantes, contradicciones y tantas cosas bellas que ningún escritor podría ignorar. Mila es una mujer con un lado oscuro, con una maldición, y sin embargo ejerce una atracción fortísima sobre los lectores… Por otra parte, me interesaba quitarle a un personaje femenino la principal cualidad de las mujeres: la empatía. La empatía está ausente incluso en los asesinos en serie y es la esencia de su sadismo: más piedad implora la víctima más excitación sienten los asesinos seriales a la hora de matar. Así pues, trasladar este sentimiento de la nada en el corazón de una mujer me parecía un auténtico reto!

CR: El personaje de Mila Vasquez parece tener bastantes rasgos en común con Lisbeth Salander, la protagonista femenina de la trilogía "Millenium" de Stieg Larsson. Es especialmente inteligente, es antisocial, tiene dificultad para sentir emociones, viste de una manera poco convencional o, digámoslo así, poco femenina, tiene una extraña relación con su cuerpo (se autolesiona), no tiene ningún problema ético a la hora de poner en práctica métodos que vulneran las normas, suele hacer uso de la tecnología para llevar a cabo sus investigaciones… ¿Cuánto hay de Lisbeth Salander en Mila Vasquez?

DC: Es curioso como estos dos personajes han nacido en el mismo periodo. Mila apareció por primera vez en un argumento para una película que escribí en 1999. Contemporáneamente, el gran Stieg Larsson empezaba a escribir su célebre trilogía. Es extraño que estas dos mujeres, destinadas a encarnar en los años que siguieron la literatura thriller europea, haya surgido de la mente de dos escritores tan alejados no solo geográficamente (uno del norte y el otro del sur de Europa) sino también culturalmente. Por otra parte, Mila es latina. En cambio Lisbeth es seguramente hija del hielo. ¡Sería interesante si pudiera encontrarse! Por otra parte diría que ambas le deben mucho a Clarive Starling, la protagonista femenina de "El silencio de los corderos".

CR: En “La hipótesis del mal” el personaje de Simon Berish es casi tan importante como el de Mila Vasquez. ¿Por qué decidió introducir este personaje? ¿Tendrá continuidad en próximas entregas?

DC: En realidad Berish era el protagonista de otra historia, concretamente de un guión que estaba escribiendo para el cine. Pero el personaje del experto en interrogatorios salió tan bien que decidí darle vida propia y juntarlo con Mila. Simon es un policía marginado que tiene una gran capacidad: es capaz de hacer confesar al autor de un crimen abominable. No es solo cuestión de técnica, se trata de un talento muy especial del policía. Es como si conociera la parte oscura del corazón humano.

CR: Una de las cosas que más nos gusta de sus novelas es el arranque. En muy pocas páginas consigue generar una atmósfera de tensión y suspense muy fuerte que sitúa al lector en estado de alerta máximo. ¿No cree que poner el listón tan alto nada más empezar puede resultar un problema o una dificultad añadida a la hora de mantener el nivel de suspense a lo largo de toda la novela?

DC: El lector tiene que ser capturado por la historia lo antes posible, y esa es la razón porque la tensión es tan alta al principio. Mantenerla constante es un gran reto. Es por eso que mis novelas requieren largos periodos de gestación. Soy un perfeccionista, no dejo nada al azar… Por otra parte, a menudo me gusta experimentar personalmente aquello que cuento. Por ejemplo, visité la morgue que describo al principio de La hipótesis del mal, y le he hecho de noche…

CR: El sistema de pistas de sus novelas es complejo. En “La hipótesis del mal” es especialmente sofisticado si atendemos al juego de conexiones entre las mismas. ¿Definir este juego de pistas es la parte más difícil a la hora de planificar un thriller?

DC: Escribo las historias que me gustaría leer, me comporto como un lector no como un escritor. ¡Por eso deseo o, mejor dicho, intento dejarme sorprender por el libro! Mis novelas son complejas y cautivadoras, justo como me gustan a mí. Porque si yo no me divierto cuando las escribo tampoco puedo esperar que se divierta el lector.

CR: Usted es licenciado en derecho y especialista en criminología y ciencias del comportamiento. En sus novelas ese bagaje se percibe con mucha claridad. Sus personajes son grandes conocedores del mundo criminal desde un punto de vista teórico. “La hipótesis del mal” es una novela muy documentada en este sentido. ¿Cuál ha sido la bibliografía que ha manejado para escribir esta novela? ¿Ha habido un manual de cabecera que le ha acompañado a lo largo del proceso de escritura?

DC: Detrás de cada uno de mis thrillers hay muchos meses de investigación. Para prepararme leo muchos artículos y libros de criminología, entrevisto a expertos y viajo mucho. A veces, incluso visito a criminales que me cuentan su historia. Todo lo que escribo ha sido extraído de la realidad.

CR: "La hipótesis del mal" aborda varios temas: los asesinos en masa, la venganza, la manipulación de conciencias, la relación entre el bien y el mal… Hay también reflexión sobre la identidad y el deseo, a veces desesperado, que experimentan muchas personas de cambiar de vida, desaparecer para empezar de cero a pesar de los peligros y riesgos que este proceso puede llevar aparejado… ¿Cuál es para usted el tema central de la novela?

DC: La desaparición. Porque una desaparición es mucho más potente que un homicidio, no se sabe qué cosa hay detrás: si un delito, una fuga voluntaria o un accidente. Deja una estela: la duda. Como una enfermedad contagiosa, la duda condiciona la vida de los familiares y de los amigos del desaparecido… Se puede convivir con la muerte, pero no con la duda. El segundo tema es el deseo de desaparecer. Todos nosotros, al menos una vez en la vida, hemos deseado escapar de todo y de todos.

CR: ¿Para cuándo la tercer novela del ciclo de Mila Vasquez?

DC: Cuando las sombras vuelva a contarme la continuación de la historia… Porque como dice Mila, “Es de la oscuridad de donde vengo, y a la oscuridad es adonde de vez en cuando debo regresar.”


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