27/3/12

¿Quién es Harry Starks?




Harry Starks, o mejor dicho, Harry “el loco” Starks es un personaje de ficción creado por el escritor inglés Jake Arnott e inspirado en Ronnie Kray, uno de los gemelos Kray, “la mitad más peligrosa”, apunta Fresán en el prólogo de Delitos a largo plazo (1999), cabecillas ambos de una organización mafiosa que durante los años cincuenta y sesenta del pasado siglo controló todas las esquinas y negocios de dudosa reputación del este de Londres.

En Delitos a largo plazo Arnott nos presenta una versión del gánster más temido de los Swinging Sixties que aún siendo fiel al personaje real deja el margen suficiente para desplegar grandes dosis de creatividad. 
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Harry “el loco” Starks, el gángster gay que exhibe su homosexualidad con total despreocupación dejando incluso que en ocasiones aflore su lado más camp, eso sí, sin perder jamás ese aspecto rudo que tanto intimida y atrae a los que le rodean; Harry “el loco” Starks, el adorador incondicional de Judy Garland y amante de la moda, al fin y al cabo,  la vestimenta no deja de ser  una forma de intimidación, “una especie de violencia decorativa en sí misma” dirá uno de sus amantes; el soñador casi infantil a la caza y captura del reconocimiento público y la respetabilidad, el maníaco-depresivo atacado de periodos negros de profunda melancolía  que oculta a todo el mundo; el sádico, frío y brutal torturador capaz de mantener la calma más absoluta en medio de la violencia más extrema, una violencia siempre teñida de esa teatralidad tarantiniana que convierte en una imagen pop la escena más dura y repulsiva…


La novela de Arnott está estructurada en cinco partes autoconcluyentes que pueden leerse independientemente. Cada una de ellas está protagonizada por un personaje del entorno de Harry que nos ofrece una visión particular del gánster. Visión que se superpone a la anterior y que se mezclada con la siguiente conformando de este modo un retrato poliédrico del señor feudal de los bajos fondos.

Así, vemos circular a Terry, el joven y desorientado amante de Harry; a Teddy Thursbay, el lord alcohólico y decadente, que se sirve de un matrimonio de mentira para ocultar una homosexualidad al parecer inconfesable en las altas esferas;  a Jack the Hat, el matón de la vieja escuela que no consigue adaptarse a los nuevos tiempos; a Ruby Ryder, la actriz fracasada; y, finalmente, a Lenny, el criminólogo hippy que verá en Harry la manifestación viva de la sociología del desviacionsimo…

De una manera u otra, todos ellos son loosers, sombras de lo que fueron o pudieron ser que caerán rendidas ante el carisma de Harry, y aceptarán la ayuda que éste les brindará sin ser conscientes de las compensaciones a las que ese gesto les obligará en el futuro.

Y es que a pesar de la aparente generosidad - sin duda hay en Harry Starks algo o mucho de dictador paternalista - “el loco” Harry nunca regala nada. Todas sus acciones están única y exclusivamente dirigidas a ensalzar su ego, a satisfacer sus pulsiones, a contener el vacío del que él también es víctima. Como dirá en algún momento Ruby, "Harry ofrecía protección pero él era el mejor protegido"

Más allá de ofrecernos un magnífico retrato del mundo del hampa en el East End londinense de los años cincuenta y sesenta, de las corrupción policial, personificada en la figura del policía Mooney, de la hipocresía de parte de la alta sociedad inglesa que tan pronto se entrega a maratonianas orgías en la campiña como emprende cruzadas morales contra el vicio y la pornografía…, incluso más allá de la figura de Harry Starks, lo que más nos ha interesado del libro de Arnott es esa aguda descripción  del proceso de intimidación y coerción que permite al psicopático gánster hacerse con el control de la vida y la voluntad de  todos esos personajes marginales y desamparados.

En un ambiente de terror y violencia, la soledad, la marginalidad, el fracaso, la búsqueda desesperada de alguna clase de adopción... desembocan inevitablemente en degradación y sumisión… El ser humano convertido en objeto al servicio del ser humano.

En algún momento de la novela alguien dirá: “Harold Starks. Durante un periodo de varios años ha dirigido una banda muy bien organizada destinada a la satisfacción de sus intereses materiales y sus ambiciones criminales. Aterrorizó con métodos de sádica crueldad a todos los que se cruzaron en su camino. Que se convierta usted en juez, jurado y verdugo de ciudadanos inocentes mediante abyectas agresiones es algo que resulta especialmente detestable y una deshonra para la civilización.”

Queda dicho, una deshonra para la civilización… Eso sí, una apasionante lectura...


La trilogía The Long Firm está formada por Delitos a largo plazo (1999), Canciones de sangre (2001) y Crímenes de película (2003) En 2005 Jake Arnott fue incluido en la lista de las cien personas más influyentes en la comunidad gay y lesbiana del Reino Unido.

FICHA TÉCNICA

- Título: Delitos a largo plazo
- Autor: Jake Arnott

- País: UK
- Año publicación idioma original: 1999
- Año publicación versión leída para la reseña: 2009
- Editorial: Mondadori / Roja & Negra
- Páginas: 428
- Época y lugar en el que transcurre la historia: Años 60 / Londres (UK)
- Valoración personal (1-10): 9

13/3/12

La venganza de Lou Ford



 

Años 50.
Oeste de Texas.
Central City.
Una pequeña ciudad petrolera en mitad del desierto.
“Una cloaca de petróleo, agua sulfurosa y barro rojo recocido por el sol”
Una cloaca donde los pastos mueren, los arroyos y las fuentes desaparecen y las casas ennegrecidas por el petróleo permanecen “abandonadas, perdidas, solitarias entre una maraña de girasoles, salvias y hierbas de toda especie.”
En este escenario arrasado por la industria, Lou Ford, el ayudante del sheriff Bob Maples, pasea su cara de pocas luces, su cara inocente y afable.
La comisaría, el bar del griego, la gasolinera de Slim… El sombrero stetson echado hacia atrás.
“Usted es bueno y hace buenos a los demás”, dirá alguien acerca de Lou al principio de la novela.
Pero nada más lejos de la realidad. Como en otras novelas de Jim Thompson nada es lo que parece.
Joyce Lakeland, una prostituta que se ha instalado en las afueras, lo cambiará todo.
El sheriff le pedirá a Lou que la eche del pueblo. No es que cause problemas pero mejor hacer limpieza antes de que la cosa se desmande.
Pero la chica es demasiado atractiva. A Lou le trae tantos recuerdos…
¿Ella se enamora? Tal vez.
Sin saberlo, Joyce Lakeland le servirá en bandeja la oportunidad de vengarse de Chester Conway, el cacique del pueblo.
Y el instinto de venganza despertará al monstruo; “la enfermedad” como diría el propio Lou.
Lou Ford el gran embaucador, el gran manipulador, el gran reprimido…
Una vida fingiendo, una vida luchando para olvidar…
“Hay cosas que es necesario olvidar si quieres seguir viviendo”
Pero Lou no olvida.
El “pesado fardo de miedo y vergüenza” acecha detrás de sus ojos como una mancha de petróleo en la oscuridad.
Latiendo en su interior.
Una bomba perforadora.
“La enfermedad”
Cada asesinato implica dejar algún cabo suelto.
Cada vez más asediado.
Hasta el final.

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Tres apuntes sobre la novela:

Subjetividad. El asesino dentro de mi (1952) está narrada desde el punto de vista de Lou Ford. El lector es testigo de excepción de los giros de la extraña lógica que dirige las acciones de un psicópata. Ver la realidad con los ojos de Lou no es ni fácil ni cómodo. Como lector uno llega a sentirse encerrado y deseando llegar al final para ser liberado de esa terrible visión.

Naturalidad. Uno de los aspectos que más llaman la atención de esta novela y del resto de producciones de Thompson es la naturalidad abrumadora con la que el autor es capaz de contar una historia. El asesino dentro de mi parece haber sido escrita de un tirón y casi sin esfuerzo. Como un solo inspirado que deslumbra sin hacer ninguna ostentación.

Intensidad. La historia de Lou no se demora, no languidece en ningún momento. Al contrario. Siempre va de menos a más en una sucesión de momentos “apoteósicos” en los que el protagonista o bien suelta  un discurso categórico o bien comete un asesinato. O una cosa o la otra. Y en ambos gestos parece haber algo en común, una especie de revelación liberadora, la sugerencia de que las apariencias engañan…

“Nunca puede uno estar seguro de nada. Vivimos en un mundo loco, muchacho, en una civilización muy peculiar. Los policías juegan a ladrones y los ladrones juegan a policías. Los políticos son predicadores y los predicadores son políticos. Los recaudadores de impuestos recaudan para su bolsillo. Los Malos quieren que tengamos más dinero y los Buenos luchan por impedírnoslo. No nos conviene, ¿comprendes? Si pudiéramos comer todo lo que quisiéramos, cagaríamos demasiado. Habría inflación en la industria de papel higiénico. Así es como yo lo veo…” (p.119)

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El asesino dentro de mi ha sido llevada a la gran pantalla en dos ocasiones: la primera en 1976 por Burt Kennedy (inició su carrera a finales de los 50; fue especialmente conocido como director de westerns),  y la segunda por Michael Winterbottom (24 Hour Party People) en 2010. 

 

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Jim Thompson, nacido en Anadarko, Oklahoma, en 1906. Como es sabido no tuvo una vida fácil. Hijo de un policía alcohólico y aficionado al juego empezó él también a beber a una edad demasiado temprana. Desempeñó multitud de oficios, desde experto en explosivos para compañías petroleras hasta vendedor ambulante. Cuenta Javier Coma que fue incluido en la lista de posibles comunistas presentada en el Congreso de los Estados Unidos durante la “caza de brujas”.




Como escritor no tuvo mejor suerte, al menos mientras vivió. Se dedicó a escribir libros por encargo, principalmente para el sello Lion Books, de los que incluso le dictaban los argumentos. El asesino dentro de mi salió de uno de esos encargos.

También participó como guionista en películas como Atraco perfecto y Senderos de gloria de Kubrick e inspiró series como Ironside pero nada de eso sirvió para que llegara el reconocimiento literario que hubiera merecido recibir en vida.

Murió en 1977. Pocos años antes, en 1972, Peckinpah adaptó La huida con Steve McQueen como protagonista y posiblemente esa fue la chispa que lo salvó del olvido definitivo. Según cuenta Juan Sasturain en la introducción de la edición de RBA, también jugó un papel fundamental la editorial Gallimard, que durante la décadas de los 50 y 60 tradujo al francés sus obras más emblemáticas.

En la actualidad, Jim Thompson es considerado uno de los grandes maestros del género. En 2010 RBA empezó a reeditar sus novelas más destacadas.


FICHA TÉCNICA


- Título: El asesino dentro de mi
- Autor: Jim Thompson
- País: USA
- Año publicación idioma original: 1952
- Año publicación versión leída para la reseña: 2010
- Editorial: RBA / Serie Negra
- Páginas: 227
- Época y lugar en el que transcurre la historia: Años 50 / Texas
- Valoración personal (1-10): 9


4/3/12

El fin del mundo según David Peace




Hace unas semanas Alba editorial publicó la versión castellana de 1983 (2002), la última entrega del cuarteto de Red Riding del escritor inglés David Peace.

El novelista de Yorkshire sigue ofreciendo en esta entrega su personal versión de la historia de su país, en este caso la de principios de los ochenta, haciendo uso de una peculiar técnica que consiste en engullir la historia oficial y regurgitarla en su forma más cruda, hipnótica y ultraviolenta.

Con la subida al poder de Margaret Thatcher como telón de fondo, Peace nos ofrece en 1983  un duro relato de la decadencia moral que padeció Inglaterra en aquellas décadas. Avaricia, corrupción generalizada en todos los ámbitos de la sociedad, violencia institucionalizada e indiferencia absoluta de las clases dirigentes hacia la situación de precariedad de las clases trabajadoras convirtieron el Yorkshire natal del escritor en una auténtica pesadilla.

Pesadilla que en 1983 emerge y se articula a partir de la desaparición de una niña, Hazel Atkins, que curiosamente iba al mismo colegio que Clare Kempley, la niña asesinada en la primera entrega de la serie. Presente y pasado quedan así conectados como en una especie de vasos comunicantes. Y, de nuevo, la aniquilación de los más vulnerables funciona como contundente metáfora de la impotencia y del no future.

Tres son los personajes que en 1983 nos guiarán por esta especie de descenso a los infiernos: un chapero (BJ), un poli corrupto (Maurice Jobson), ambos habían aparecido en las obras anteriores, y un abogado  (John Winston Piggott). Los dos primeros deberán afrontar los errores cometidos en el pasado y buscar la manera de redimir la culpa acumulada. Por su parte, Piggot intentará recurrir la sentencia que declaró culpable de asesinato a una persona inocente.

La última entrega del ciclo es sin duda la más compleja a nivel estructural pues en ella se entremezclan tres historias simultáneas que se desarrollan en épocas distintas. Realmente, es necesario tener muy claras las tramas de las novelas anteriores para no perderse en esta última. (Si se animan les recomiendo que tomen notas sobre tramas y personajes desde el principio)

1983 parece estar construida para dar respuesta a los enigmas planteados en las tres novelas anteriores.  El lector encuentra respuestas a tramas y personajes de los que en los otros libros solo se conocían algunos elementos, en ocasiones muy difusos y superficiales. Recordemos que salvo 1974, que es bastante autoconcluyente, y 1983, las otras dos novelas abren más caminos de los que cierran. Interpretamos que tal vez esto podría deberse a la voluntad del autor de generar esa atmósfera de estancamiento, de inevitabilidad del horror, de eterno retorno al mismo punto.

A nivel estilístico, 1983  representa la culminación de la prosa dura y seca desarrollada en los otros libros.  Peace lleva al extremo una manera de contar muy característica. Ritmo enfurecido, descripciones tajantes, constantes repeticiones de palabras, frases o incluso de párrafos enteros explotan todas sus posibilidades expresivas  concediéndole al texto esa musicalidad hipnótica, en ocasiones casi mántrica, que sin duda es un gran hallazgo.





David Peace nació en 1967 en la localidad de Ossett, West Yorkshire. Cursó estudios en la escuela politécnica de Manchester. A principios de los noventa lo dejó para irse a Estambul donde se ganó la vida impartiendo clases de inglés. Luego emigró a Japón donde residió durante más de una década y donde escribió las cuatro novelas que conforman  Red Riding Quartet.

Hasta la fecha el escritor inglés ha publicado nueve novelas: las cuatro correspondientes al cuarteto de Red Riding (1999-2002), las tres correspondientes a la trilogía de Tokio – Tokio año cero (2007), Ciudad ocupada (2009)  y Tokio recuperada (2012) – y dos novelas sueltas – GB84 (2004)  y Damned Utd (2006). En el año 2003 la revista Granta  incluyó a Peace en la lista de uno de los mejores jóvenes novelistas del Reino Unido lo cual le dio mayor visibilidad dentro de la escena literaria intenacional.

Como decíamos al principio de este post, Red Riding Quartet ha sido traducido al castellano por Alba editorial (cuidadísima edición). De GB84 y de Damned Utd. no se tiene noticia de un posible trasvase al castellano en un futuro próximo. Sí en cambio de la trilogía de Tokio de la que Javier Calvo, reciente Premio Biblioteca Breve con la novela El jardín colgante, traducirá, según apunta él mismo en su blog, al menos la primera entrega para Mondadori.

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Para más información sobre la tetralogía y el autor consultar los magníficos artículos de Es Pop Ediciones, en el blog Cultura Impopular (http://www.culturaimpopular.com/2010/09/david-peace-exhumando-el-pasado.html)
FICHA TÉCNICA


- Título: 1983, Red Riding Quartet
- Autor: David Peace
- País: UK
- Año publicación idioma original: 1983
- Año publicación versión leída para la reseña: 2002
- Editorial: Alba - Novela negra
- Páginas: 541
- Época y lugar en el que transcurre la historia: 1983 / West Yorkshire
- Valoración personal (1-10): 9