30/6/15

El demonio como posibilidad

“Madrid es la única ciudad del mundo que tiene una estatua dedicada al Demonio”

“… la llave del alma no estaba ya en el corazón, porque había que entregarse a la fiereza, y creyó en el Demonio como en una posibilidad más…”




Segunda entrega de las aventuras del detective ludópata Julio Cabria publicada en 2009. En Impar y rojo Óscar Urra vuelve a utilizar los mismos recursos que tan buen resultado le dieron en A timba abierta, la primera novela de la serie, a saber, una prosa brillante, personajes algo decadentes pero siempre entrañables y divertidos y una clara voluntad de crítica social que sobrevive al registro humorístico-poético del conjunto.

En esta segunda novela el veterano comisario Subirats se pone en contacto con Cabria para que lleve a cabo una complicada investigación de manera extraoficial. Tras una serie de sonados fracasos que han dejado por los suelos la reputación del veterano policía no hay margen para un nuevo error, de manera que Subirats decide que nadie mejor que Cabria para arriesgar el tipo. Si la cosa sale bien, el comisario mantendrá alejado a un tal Botines con quien Cabria tiene algunas deudas pendientes y agilizará trámites para que no le salpique un antiguo caso que todavía colea. Si se niega la vida de Cabria se va a complicar a marchas forzadas… Además, como dice Subirats, “hay naipes de por medio, y usted (Cabria), como jugador empedernido que es, puede tal vez entender la mentalidad de este criminal mejor que un agente cualquier.”

El tema es que han aparecido dos cadáveres en dos puntos distintos de la ciudad: un proxeneta en la Casa de Campo y un sacerdote en su parroquia. En ambos casos han encontrado sobre los cuerpos una carta, un joker, o un “Arlequín”, como gusta más decir a Subirats, la carta que vale para todas las cartas… “Dos muertes, dos naipes, como en las “pelis” de asesinos en serie…” Al parecer, un escurridizo asesino anda suelto por Madrid y a Julio Cabria no le quedará otra que intentar darle caza.
Con esta novela sobre la impunidad y la venganza Urra intenta afianzar y expandir el particular submundo del detective Cabria. En ella se dan cita personajes que ya aparecieron en la primera entrega, Nadia, Vitriolo, Meléndez, César… entendemos que para reforzar la idea de serie y remitir al lector a la primera en caso de que no la haya leído, al tiempo que se estrenan otros de nuevo cuño.

En cualquier caso, el detective parece seguir igual: enganchado al juego, fumando Ducados, escuchando a Brel, metiéndose entre pecho y espalda unos desayunos desproporcionados que no pueden traer nada bueno (¡Cabria, ojo con el colesterol,!) y, sobre todo, tocado de lleno por la mala suerte. Una mala suerte que si bien le hará víctima de alguna paliza memorable que combatirá a base de frívolas poesías o incluso sujeto de alguna pérdida importante, tiene también algo de destino romántico, dulce y distante al mismo tiempo, desde el que, se nos ocurre, es imposible tener demasiado miedo. Y esto le da al personaje un encanto especial y muchas posibilidades de cara al futuro.

Por otra parte, la geografía del “otro Madrid” que ya apareció en la primera novela, sigue funcionando como decadente telón de fondo que arropa y al mismo tiempo atrapa a los personajes que lo habitan. “Una gran ciudad nutre de sueños a sus moradores…”, aunque consistan en reunirse alrededor de un tapete verde para jugarse el alma a las cartas… Desde este punto de vista, la principal novedad respecto a la primera es una hitchcockiana escapada por la sierra de Guadarrama …

Y como decíamos más arriba, en esta segunda novela la prosa de Urra sigue rindiendo a un altísimo nivel. El ingenioso barroquismo de la escritura del madrileño mezclado con grandes dosis de poesía (culta y callejera) sigue enganchando, entreteniendo e iluminando al lector. Al igual que en la novela anterior, en la presente la escritura le disputa el partido a la historia y, a nuestro juicio, en esta ocasión la cosa no queda tan equilibrada como en la primera.

Pensamos que en Impar y rojo el juego lingüístico, lo poético (que posiblemente es la pulsión natural del autor) no dejó espacio para armar una trama detectivesca con más suspense o, por ejemplo, para incorporar más personajes y evitar así la previsible identificación del asesino. Se nos ocurre que este es uno de los mayores peligros que la saga de Julio Cabria puede tener en el futuro. Es tal la facilidad de Urra para armar un texto hechos de guiños, gestos, quiebros y poesía que a la larga las historias pueden quedar diluidas en ese juego.

En cualquier caso, pensamos que la inercia poético-irónica de las novelas de Urra no es únicamente un bello disfraz o un divertimento sino que hay que entenderla como la concreción formal de una actitud ante la vida que es plenamente coherente con la personalidad del detective Julio Cabria y posiblemente de su autor. Por otra parte, pensamos que la calidad de las dos novelas que lleva publicadas está íntimamente relacionada con esto. Sin esta faceta poética-irónica-humorística y tan literaria Urra no sería Urra.

Dándole vueltas al asunto se nos ocurre que tal vez no sea una mera casualidad el hecho de que algunos de los mejores autores de novela negra de nuestro país (pensamos en Ibañez, Zanón, Salem…) sean también poetas con una sólida trayectoria a sus espaldas (es el caso de Zanón y Salem) o escriban sus novelas negras desde una óptica que nosotros percibimos como muy poética (es el caso de Ibañez) … y en todos los casos tengan mucho sentido del humor.

Óscar Urra es un magnífico escritor-poeta-literato-humorista y es gracias a eso que sus novelas son grandes. Si pueden, síganle.

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FICHA TÉCNICA 
- Título: Impar y rojo
- Autor: Óscar Urra
- País: España
- Año publicación idioma original: 2009
- Editorial: Salto de Página
- Páginas: 215
- Valoración personal (1-10): 8

24/6/15

Justicia para los heridos

“… En el corazón de todo ser humano hay algo que nos lleva a buscar justicia para aquellos que han sido perjudicados y heridos…”

“En algún lugar, en la profundidad de esos bosques…”


Muy buena opera prima de la italiana Valentina Giambanco. La novela contiene mucho más de lo que la calculada fotografía de la portada (parece una imagen de archivo) y la tipografía Old School del título parecen sugerir. Curiosamente, esta imagen también se ha utilizado para la edición francesa de la novela. Para nuestro gusto, resulta más sugerente la portada de la edición inglesa, cuyo oscuro grafismo parece haber heredado algo de los imperecederos títulos de crédito de Se7en (Fincher, 1995) realizados por el gran Thomas Cobb, o incluso la aparentemente inofensiva propuesta naif de la edición japonesa… En cualquier caso, lo importante es lo que viene después de la portada, la historia... y en el caso de la novela de Valentina Giambanco insisitimos en que es buena y engancha.




 
"13 días", que fue publicada en inglés con el título The Gift of Darkness, algo así como El regalo o el don de la oscuridad, es un ambicioso thriller que no solo ofrece una inquietante historia de locura y venganza que no da tregua al lector, sino que además consigue desplegar una trama muy bien diseñada que deja los suficientes cabos sueltos como para hacer imprescindible una segunda entrega (que dicho sea de paso acaba de ser publicada por editorial Pàmies con el título En lo profundo del bosque) ¿y tal vez una tercera?

Es frecuente encontrar thrillers con tramas que son interrumpidas de manera forzada para dar pie a una segunda entrega. Segunda entrega que hubiera sido perfectamente prescindible o en todo caso asumible por la primera. Desde este punto de vista "13 días" ha sido una agradable excepción. La novela de Giambanco evita con elegancia e intuimos que con muchas tablas la tentación de aplazar determinados episodios de manera artificial.

Giambanco, que tiene una larga experiencia como montadora de cine, hace avanzar la trama rigiéndose únicamente por la lógica narrativa, y si bien es cierto que en ocasiones el lector desearía entender qué relación existe entre el caso de asesinato que investiga la detective Alice Madison, las motivaciones del asesino en serie y determinados episodios del pasado, el orden de intrigas y prioridades diseñado por la escritora italiana se impone con naturalidad sin que el lector note ninguna maniobra extraña ni quede decepcionado con los cabos que quedan en suspenso.

"13 días" cuenta la historia de Alice Madison, una detective del departamento de Homicidios de Seattle con un pasado complicado que debe enfrentarse a un brutal caso de asesinato. Un psicópata ha entrado en casa de una familia acomodada y ha acabado con la vida de todos sus miembros. El asesino ha dejado un misterioso mensaje grabado en el marco de una puerta: TRECE DÍAS.

Esta no era la primera vez que James Sinclair, el padre de la familia asesinada, había sufrido un episodio violento. Veinticinco años atrás, cuando apenas contaba trece años, James fue víctima de un horrible secuestro junto con otros dos amigos mientras estaban pescando cerca de un bosque, en Ballard. El caso fue conocido como “el caso de los niños del río Hoh”. En aquella ocasión, James Sinclair, al igual que John Cameron, otro de los muchachos secuestrados, sobrevivió milagrosamente. David Quinn, en cambio, fue asesinado o simplemente desapareció sin dejar rastro. Su cuerpo nunca fue encontrado.

En la actualidad, John Cameron es una especie de fugitivo de la justicia al que las pistas encontradas en casa de los Sinclair apuntan como principal sospechoso del asesinato...

La de Valentina Giambianco es una novela extensa (461 páginas) y de una cierta complejidad debido a los dos casos separados por más de veinticinco años entre los cuales parece existir algún tipo de conexión, los episodios relacionados con la infancia de Alice o incluso del asesino serial, la existencia de un falso culpable, etc. En cualquier caso, la división en capítulos breves y la claridad de la escritura de Giambanco allanan el camino y hacen de "13 días" una novela muy entretenida y de fácil lectura.

Atendiendo a la personalidad obsesiva de Alice (es licenciada en psicología y criminología, es soltera, no fuma, bebe poco, paga las facturas a tiempo…) y a la lluviosa ciudad en la que transcurre la historia de Seattle, que en la novela parece convivir en un extraño equilibrio con la naturaleza salvaje de bosques, montañas y lagos que la rodea, 13 días nos hizo pensar mucho en The Killing, la serie de la AMC protagonizada por Mireille Enos y Joel Kinnaman (http://www.amc.com/shows/the-killing).

Por otra parte, y atendiendo a la historia de los tres chicos secuestrados con la que arranca la novela también vimos una cierta proximidad con el planteamiento inicial de Mystic River, una de las mejores obras del gran Dennis Lehane.

Además de los personajes de Alice Madison y John Cameron no hay duda de que otro de los hallazgos de la novela es el misterioso Harry Salinger, el astuto asesino serial capaz de idear los artefactos más abominables que nadie pueda concebir...


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 FICHA TÉCNICA 

- Título: 13 días
- Título en el idioma original: The Gift of Darkness
- Autor: Valentina Giambanco
- País: Italia
- Año publicación idioma original: 2013
- Editorial: Pàmies
- Páginas: 461
- Valoración personal (1-10): 8


12/6/15

El cieno y la conciencia

“Para encontrar a un asesino sigues las pistas, sí. Pero también las emociones. Las que apestan, las infectas y pútridas. Sigues el cieno. Y ahí, acorralada, encuentras a tu presa.”

“Pero no hay donde ocultarse de la conciencia.”


Quinta novela de Louise Penny protagonizada por Armand Gamache, el más famoso y respetado investigador de la prestigiosa división de homicidios de la Sûreté du Québec, y segunda traducción al castellano de una novela de la autora canadiense, al menos que sepamos nosotros.

"Una revelación brutal" es una novela que a nuestro juicio destaca por su particular ambientación rural (la acción transcurre en un pequeño pueblo turístico ubicado en medio de la naturaleza llamado Three Pines que recuerda bastante al "Twin Peaks" de Lynch y Frost), por sus peculiares personajes (salvo los que hacen de policía, el resto son poetas, artistas, soñadores o emigrantes en busca de un lugar tranquilo donde vivir o rehacer su vida) y por una trama algo lenta pero entretenida que combina de manera bastante equilibrada la intriga detectivesca y una reflexión sobre el pecado y el arrepentimiento que, lo avanzamos ya, nosotros no compartimos.

Louise Penny es una escritora de cabello cano, mirada apacible y trato encantador, que pensamos gustará más a las lectoras o lectores de las novelas románticas del escritor del siglo XIX Nathaniel Hawthorne que a los de, pongamos por caso, David Peace o James Ellroy. En nuestra personal escala de Richter negrocriminal Louise Penny ocupa el lugar más alejado posible del que ocupa el señor James Ellroy.

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"Una revelación brutal" arranca con la aparición del cadáver de un anciano en el establecimiento de Olivier Brulé, un ambicioso agente del Banque Laurentienne du Canada que un día decidió abandonar el competitivo mundo de los negocios para vivir en un lugar tranquilo gestionando un refinado bistrot junto a Gabri, su novio.

Al principio, todo parece indicar que la víctima, a quién nadie es capaz de identificar, era un indigente que merodeaba por la zona. Pero para Armand Gamache, el jefe de homicidios de la Sûreté du Québec que se desplaza a Three Pines para investigar el caso, hay unas cuantas cosas que no acaban de encajar: el hombre, que debería tener unos sesenta años, estaba en buen estado físico, lo cual le hace pensar que se alimentaba bien, y sus ropas estaban limpias… Y todavía más extraño: ¿por qué decidió el asesino dejar el cadáver en el bistrot de Olivier pudiéndolo dejar en mitad del bosque donde nadie lo hubiera encontrado?

Three Pines es un pueblo pequeño y tranquilo. La gente que vive en él parece formar una comunidad sólida y bien avenida. Pero la aparición del cadáver del anciano pondrá en entredicho esta imagen bucólica y hará temer lo peor…

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La novela de Louise Penny nos generó sensaciones contradictorias…

Por un lado, nos gustó mucho el acogedor y misterioso Three Pines, el pequeño pueblo turístico perdido en mitad del bosque que, como apuntábamos más arriba, recuerda mucho al mítico "Twin Peaks". Al igual que el topónimo lyncheano, Three Pines tiene también algo de lugar soñado, mezcla aparentemente contradictoria entre paisaje bucólico de cuento infantil y solitaria localización de historia de terror en el que los acontecimientos transcurren a una velocidad extraña y las emociones humanas se amplifican para adquirir una relevancia especial (“Para encontrar a un asesino sigues las pistas, sí. Pero también las emociones.”) Así mismo, cabría apuntar también la influencia del "Walden" (1854) de Thoreau. Este libro, que narra la experiencia del autor durante los dos años y medio que vivió solo en una cabaña, cerca del lago Walden (Massachusetts), aparece citado en varias ocasiones a lo largo de la novela de Louise Penny y ayuda a delimitar la imagen de Three Pines como último lugar urbanizado antes del estallido de la naturaleza salvaje y caótica donde es muy fácil perderse (“nunca jamás entres solo en el bosque”).

También nos gustaron mucho los peculiares personajes que habitan Three Pines. No nos atrevemos a afirmar que se trata de personajes extravagantes o raros pero tampoco se puede decir que estén completamente en sus cabales. Salvo Gamache ( y tampoco podemos pronunciarnos claramente sobre él porque no hemos leídos las novelas anteriores a la presente) todos tienen un punto de desequilibrio que amaga algo imprevisible, tal vez un sentimiento escondido hacia algo o hacia alguien o un secreto vinculado con su pasado, que parece amenazar su aparente felicidad. La tensión entre lo que dicen y lo que piensan los personajes (“nunca des por hecho que sabes lo que piensa otra persona”) es una de las grandes fuentes de intriga del libro.

Y también apreciamos la dimensión culinaria de la novela (a menudo la investigación se desarrolla en torno a platos riquísimos…) y la poética, que la autora desarrolla gracias a los préstamos de autores como Margaret Atwood, Ralph Hodgson y Mike Freeman. “Donde me dejen quedo, hecha/ de piedra y de ingenuos deseos:/ que la deidad que mata por placer/ cure también…” Por regla general, los poemas entran en escena a través del personaje de Ruth Zurdo, la poetisa local, que parece estar obsesionada con la escritura de misteriosos mensajes-pista en verso que de alguna manera u otra siempre acaban llegando a manos del inspector Gamache.

Pero por otra parte, la novela de la escritora canadiense nos suscitó una serie de críticas negativas (por su linealidad, por su inocencia y por el ligero proselitismo camuflado que percibimos en ellas) en torno a un planteamiento moral entre cristiano y New Age de fondo que en nuestra opinión constituye la tesis de la novela.

Interpretamos que en "Una revelación brutal" la autora pone en marcha una historia sobre un asesinato en una comunidad de vecinos idílica y en un lugar que bien podría ser un jardín del Edén actualizado para demostrar (desde su punto de vista, claro) que el ser humano en el fondo es bueno y que a pesar de haber pecado, Dios (“Y si tienes a Dios lo tienes todo”) siempre está ahí para inspirar una suerte de revelación que consiste en tomar conciencia de los errores cometidos e iniciar un proceso de concienciación y arrepentimiento (“Pero no hay donde ocultarse de la conciencia.”)

Este planteamiento otorga a la novela una especie de tono “buenista” que queda claramente reflejado en el tratamiento que la autora procura a sus personajes. Prácticamente todos, incluso aquellos que en algún momento pasado o presente cometieron graves errores, errores difíciles de asumir, son tratados desde la comprensión y la compasión. También es visible en su manera de actuar… Nos parece significativo que muchos de los personajes terminen confesando sus errores y ejemplificando así la tesis de la autora.

Tal vez, el único personaje que se mantiene un poco al margen de esta retórica de pecado y arrepentimiento es el jefe Armand Gamache que aparece siempre como una especie de santón o profeta, o de Emily Carr (la pintora que inspiró el título del libro así como alguna de sus escenas finales) reconvertida en jefe de la Sûreté. Por cierto, ¿por qué no habrá elegido Louise Penny a un hombre como protagonista de sus novelas? Gamache tiene una especie de tendencia asexuada que no convence… Es como si detrás del policía se intuyera la mano de la autora.

No es que nosotros no confiemos en el género humano pero el esquema explicativo trazado por Louis Penny en esta novela nos parece poco fiable y adolece de una especie de optimismo un tanto infantil que no podemos compartir. Atendiendo a los tiempos que corren (¡pero si el problema es precisamente que hoy en día nadie tiene conciencia ni se arrepiente de nada!) invocar categorías como dios, pecado, conciencia y arrepentimiento para trazar el mapa moral del siglo XXI y todas sus complejidades nos parece un gesto obsoleto o como mínimo inofensivo.

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FICHA TÉCNICA

- Título: Una revelación brutal
 - Título en el idioma original: The Brutal Telling 
- Autor: Loise Penny
- País: Canadá
- Año publicación idioma original: 2009
- Editorial: Salamandra
- Páginas: 478
- Valoración personal (1-10): 7