26/1/15

El recuerdo y el olvido

“Recordar es lo último que nos queda antes de morir.” 

“La nostalgia forma parte de nuestra naturaleza humana… y a la mayoría, ver resuelto un misterio que consideramos como nuestro, más que alegrarnos, nos entristece.”

 
 

Original, surrealista y documentadísima opera prima de Augusto Cruz. Contiene muchos de los ingredientes necesarios para convertirse en una novela de culto. A pesar de haber sido publicada por una editorial mainstream, "Londres después de medianoche" tiene una genuina textura de serie B que se vehicula a partir de dos aspectos fundamentales.

En primer lugar, a partir de un vasto universo de referencias cinéfilas y literarias con el que los incondicionales del cine clásico de terror y de ciencia ficción se sentirán fácilmente identificados. Como decíamos más arriba la novela de Cruz está muy documentada o incluso diríamos “sobredocumentada”, en una especie de gesto voluntariamente exagerado que funciona como sentido homenaje al cine de género.

En segundo lugar, la factura de cult novel de "Londres después de media noche" tiene mucho que ver con una trama elegantemente compleja y enrevesada hasta la extenuación, que, por un lado, parece pensada de nuevo como juego-homenaje, y, por otro, como mecanismo literario que aspira a reproducir a partir de sus múltiples veladuras y puntos ciegos (y de la consiguiente red de interpretaciones) el mismo fenómeno fan del que se habla en la novela. Cabe señalar que para rizar el rizo, el autor prescinde a lo largo de toda la novela de puntos y aparte y de rayas o comillas para identificar los diálogos. Este recurso otorga al texto una densidad compacta que amplifica el efecto críptico de la trama.

Pensamos que este gusto por la complejidad surrealista, la trama kafkiana y el tono lúdico-paródico permite emparentar la novela de Cruz con la obra de autores como Thomas Pynchon, Mario Levrero , Martín Solares (mexicano como Cruz y autor de una magnífica y caótica novela negra titulada Los minutos negros) o Enrique Vila-Matas. De la misma manera que Cruz estos autores se han aproximado a la novela negra y policíaca por caminos poco ortodoxos o bien han tomado elementos de ésta (sería el caso de Vila-Matas) para reconvertirlos en otra cosa a partir de pautas y poéticas propias.

"Londres después de medianoche" no es exactamente una novela policíaca. Diríamos que es un híbrido entre una novela policíaca clásica o una parodia amable de ésta con genio del mal incluido y una novela surrealista de aventuras plagada de personajes alucinantes y giros imposibles en la que el detective Mc Kenzie podría ser algo así como un cruce entre el agente de la Continental, el periodista-aventurero de "El mundo perdido" de Conan Doyle y el escritor-detective de "Dejen todo en mis manos".

En Londres después de medianoche el papel de víctima lo desempeña una antigua película muda, el film perdido más buscado de la historia, de cuya existencia se tuvo una última noticia en los años cincuenta pero que recientemente alguien dice haber visto en una proyección privada. Forrest Ackerman, primer coleccionista del mundo de películas de horror y ciencia ficción, contrata a Mc Kenzie, ex agente del FBI y en su día mano derecha del mítico J. Edgar Hoover, para que encuentre la película. Dos son los obstáculos principales que tendrá que salvar Mc Kenzie. El primero es el tiempo. Ackerman es un anciano enfermo de alzhéimer que está perdiendo la memoria a marchas forzadas; cada día que pasa sin obtener ningún resultado la misión del detective tiene menos sentido. El segundo tiene que ver con una extraña maldición. Al parecer, tanto los actores que participaron en la película como aquellos que han intentado rescatarla del olvido han caído en desgracia o simplemente han desaparecido.

Y en cuanto a la investigación que lleva a cabo el detective Mc Kenzie podríamos decir que se rige antes por el azar y la deriva que por la fuerza de la deducción. En algún punto de la novela se hace referencia a esto de manera indirecta aludiendo al juego del pinball: “Luego pensé en escribir un libro que fuera como una máquina de pinball, que un primer golpe me llevara a una primera persona que le conociera, ésta a otra y así sucesivamente…” Ciertamente, la investigación tiene mucho de juego impredecible donde el detective Mc Kenzie es la personificación de esa bola que revota de un lado para otro sin poder controlar nunca la situación. Los acontecimientos siempre le superan, siempre va a remolque de una secuencia de la que no es consciente y que no parece ser capaz de anticipar.

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"Londres después de medianoche" es una muy buena primera novela que a nosotros nos atrapó más por la parte del homenaje al cine clásico de terror y del tema de fondo (la lucha entre recordar lo vivido para compartirlo y protegerlo del paso del tiempo vs la nostalgia de lo que una vez fue y ya nunca volverá, el misterio de la desaparición y, en definitiva, de la muerte) que por la parte de la trama surrealista y los personajes y escenarios alucinantes que leímos con entusiasmo a lo largo de la primera mitad pero que, ¿serán cosas de la edad?, nos sobrepasaron a partir de la segunda.

En cualquier caso, insistimos, muy buena primera novela que pensamos gustará tanto a los amantes del cine clásico de terror como a los aficionados a la novela negra y policial.

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FICHA TÉCNICA

- Título: Londres después de medianoche
- Autor: Augusto Cruz
- País: México
- Año publicación idioma original: 2012
- Año publicación versión leída para la reseña: 2014
- Editorial: Seix Barral
- Páginas:360
- Valoración personal (1-10):8

14/1/15

Las aventuras de Johnny Merrimon


“ Me dijo que la vida es un círculo”





Magnífica sorpresa esta novela de John Hart sobre la que tuvimos algunas  dudas a la hora de elegirla como candidata para el blog. En primer lugar porque salvo un inesperado encuentro con "El rey de la mentira", su primera novela, en una librería de viejo de Barcelona no contábamos con  otras lecturas o referencias  del autor. Y en segundo lugar, porque la ilustración de la portada, mezcla  de una viñeta de James O’Barr y una película de J.J. Abrams, se aleja bastante de lo que podríamos llamar “una portada noir convencional”, hasta el punto de que a nuestros ojos convertía en sospechoso  lo que podía venir después. En cualquier caso, nos aferramos al dato referenciado en la solapa interior que informa al lector de que Hart es el único autor que ha recibido el prestigioso premio EDGAR por dos novelas consecutivas, y decidimos probar suerte. Y la verdad es que la jugada salió muy bien.

"No hay cuervos" ("The Last Child", en la versión inglesa original) es una muy buena novela que combina con gran eficacia el género de aventuras juveniles (son claras las conexiones con clásicos  como "Las aventuras de  Huckleberry Finn", la continuación de "Las aventuras de Tom Sawyer") y el thriller policial contemporáneo a lo "The Killing". El resultado es una historia sobre la familia, la amistad, la culpa y la avaricia dotada de un magnetismo “spielbergiano” que consigue sumar los valores de cada una de las referencias de partida sin que éstas se estorben o se conjuguen de manera poco creíble.  La novela de Hart engancha como pocas novelas han logrado hacerlo con nosotros a lo largo del último año. A pesar de sus más de 400 páginas esta novela se lee de un tirón.

Pensamos que "No hay cuervos" podría haber sido otra “novela del montón”, una novela con una historia más o menos tópica  y unos personajes estereotipados que hubieran cumplido su función con rigor pero sin innovación. Ciertamente, hay algo  o mucho de  ”novela de manual” en la novela de Hart. Pero al mismo tiempo, y esta es a nuestro juicio su gran virtud, el autor tiene mucho talento y conoce  muy bien el oficio de manera que logra corrigir la inercia que en otras circunstancias lo hubieran llevado a repetir una fórmula ya conocida para ofrecernos una novela pulidísima que posee una capacidad de atracción extraordinaria. Reconocemos al menos tres cosas que hacen sobresalir esta novela: una trama perfecta en la que todo encaja al milímetro y que mantiene el suspense de principio a fin,  dos personajes muy originales (Johnny y el gigante Levi Freemantle) que aportan una inconfundible textura de cuento juvenil que nos proyecta de manera casi automática a la magia de nuestros orígenes lectores (a nuestro juicio este es el mayor logro de la novela) y una prosa de línea clara muy eficaz que facilita el fluir de la historia y por lo tanto de la lectura.

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"No hay cuervos" cuenta la historia de Johnny Merrimon, un chaval de trece años que tras la desaparición de su hermana melliza Alyssa vive una situación familiar bastante complicada. Azotado por el peso de la culpa, su padre abandonó la casa familiar y ahora se encuentra en paradero desconocido. Katherine, su atractiva madre, hace tiempo que vive hipnotizada por el fàcil consuelo que le proporcionan los barbitúricos y por un empresario cocainómano y violento que no hace otra cosa que aprovecharse de ella.

Hace más de un año que Alyssa desaparició y la policía no parece mostrar demasiado interés en seguir con el caso. El único que parece interesado es el detective Clyde Hunt, separado de se esposa y padre de un chaval adolescente mayor que Johnny,  para quién este asunto se ha convertido en algo más que una obsesión. 

Una obsesión compartida con Johnny que pertrechado de un  bicicleta y un curioso mapa lleno de anotaciones sobre delincuentes y exconvictos que viven por la zona  hace tiempo que emprendió la búsqueda por su cuenta.

Una noche Johnny presencia un accidente. Un vehículo embiste a un motorista de manera premeditada en un puente. Antes de morir, el hombre accidentado le cuenta a Johnny que conoce el paradero de "la niña desaparecida". Y Johnny decide creer que la niña a la que hace referencia el moribundo es su hermana y que aquello es una pista fiable que podría conducirle hasta ella.

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Como decíamos al inicio de esta reseña, John Hart ha ganado el premio Edgar en dos ocasiones. La primera en 2008 con "Down River", su segunda novela, de la que nosotros sepamos no existe traducción al español, y la segunda por "The Last Child" ("No hay cuervos") en 2010.

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FICHA TÉCNICA

- Título: No hay cuervos
- Título: original: The Last Child
- Autor: John Hart
- País: Estados Unidos
- Año publicación idioma original: 2009
- Año publicación versión leída para la reseña: 2014
- Editorial: Pàmies
- Páginas: 444
- Época y lugar en el que transcurre la historia: Actualidad - Estados Unidos, Carolina del Norte
- Valoración personal (1-10):8