25/5/15

Universo Paranoia


“¿Cómo distinguir la realidad de la ficción?” 
 


"Paranoia", lo último de Franck Thilliez, es una novela muy entretenida y absorbente que podríamos situar en la estela de películas como "Inception" (2010), de series como "Lost" (2004-2010) o incluso de videojuegos como "Portal" (2007), inspirado en "Cube" (1998), la película de culto dirigida por Vincenzo Vitali.

"Paranoia" cuenta la historia de Ilan Tresserres, un joven empleado de una gasolinera y guionista de videojuegos frustrado, que tras la pérdida de sus padres en un accidente vuelve a contactar con una antigua novia llamada Chloé. La muchacha propone a Ilan que participe con ella en un misterioso juego de rol llamado Paranoia en el que ambos estuvieron involucrados tiempo atrás. Al principio, el muchacho se resiste porque no quiere volver a engancharse a un juego que tiene más de leyenda urbana que de realidad, pero la insistencia de Chloé, que parece haber descubierto una pista definitiva, y un premio de trescientos mil euros para el ganador acabarán por convencerle de que es la única opción que tiene al alcance para cambiar su vida.

La novela de Thilliez es un thriller puro que parece haber sido concebido como una especie de laberinto narrativo cuyo objetivo no es tanto (o al menos nosotros lo entendimos así) contar una historia con un principio, un desenlace y un final sino captar lectores e inocularles la necesidad de descubrir ese universo, habitarlo, interpretarlo hasta la saciedad y quién sabe si extenderlo o reproducirlo de algún modo. "Paranoia", y este es a nuestro juicio uno de sus valores más interesantes, reúne todas las cualidades para convertirse en el punto de partida de una narrativa transmedia.

Es posible que a los lectores más interesados en la novela negra, la del francés les parezca un tanto vacía o artificial, esto es, un simple juego de entretenimiento y astucia interpretativa... Ciertamente, en Paranoia no se aprecia ningún interés por retratar o incidir sobre alguna problemática social, política, económica, de corrupción, de crimen organizado...

Tampoco se muestra interés por retratar a fondo la realidad de la ciudad que acoge a los personajes en el primer tramo de la novela… La novela de Thilliez tiene dos partes bastante bien definidas. En la primera el autor sitúa a los personajes en la ciudad de París, que como escenario resulta ser bastante anecdótica e intercambiable por cualquier otra ciudad. De hecho, hacia la mitad de la historia, el escenario parisino se desvanece y la acción se traslada a una clínica psiquiátrica perdida que funciona claramente con las pautas de un escenario de videojuego.

Por otra parte, si nos fijamos en los personajes, advertimos que solo los mueve la adrenalina, la adicción a los juegos de rol y el interés por ganar un premio de trescientos mil euros. Salvo Ilan, los personajes de la novela de Thilliez no evolucionan, son prácticamente estancos, de una pieza… Diríamos que parecen estar hechos de bits.

Y más allá de la enfermedad mental que da título a la novela y de la posible reflexión acerca del desvanecimiento de los límites entre ficción y realidad que podría derivar de ésta, no resulta nada fácil dirimir cuál es el tema de fondo de la novela…

En cualquier caso, todo esto que acabamos de decir no excluye el hecho de que "Paranoia" sea una novela muy bien diseñada, de lectura ágil y rápida, que consigue enganchar al lector de una manera francamente insana. Identificamos al menos dos elementos que a nuestro juicio contribuyen a producir este efecto:

En primer lugar, tenemos una historia que progresivamente conduce a los personajes (y al lector) hacia un entorno donde las nociones de realidad e invención se confunden, un entorno donde la fiabilidad del las reglas, recuerdos e historias que deberían dar credibilidad a los personajes entran en una crisis ontológica profunda que recuerda al vaivén de sombras de la caverna platónica. Esta circunstancia hace que todo se tambalee y parezca cuestionable a ojos del protagonista y también a ojos del lector.

Esta especie de fragilidad de la lógica narrativa, a la que por ejemplo también contribuye la indefinición premeditada que envuelve al narrador de la historia (¿quién es el narrador?), obliga al lector a avanzar en la lectura con la esperanza de encontrar la solución que le permitirá dar con la interpretación correcta.

En la novela de Thilliez ya no se trata tanto de ordenar el caos generado por un asesinato (novela policial y detectivesca clásica) como de intentar descubrir (tal vez en vano; decídanlo ustedes si se anima a leerla) las confusas leyes que rigen un universo entero (novela laberinto). Nota: A quien se sienta atraído por el tema tal vez pueda interesar el muy completo ensayo de Ramon Espelt, Laberints. Llocs, textos, imatges, films publicado por editorial Laertes en 2008.

Por otra parte, Thilliez es un escritor habilísimo a la hora de mantener el nivel de tensión de la historia mediante una muy bien trabada ristra de capítulos (hay un total de sesenta y cuatro) que funcionan un poco a la manera los episodios de una serie televisiva o incluso a los niveles de un videojuego. Episodios o niveles concebidos de manera que, en una especie de contradictorio equilibrio, contienen la solución del dilema que se planteó en el anterior episodio al tiempo que plantean una nueva brecha que empuja al lector hacia el siguiente capítulo. Y como quien no quiere la cosa el universo narrativo de la novela se va ensanchando poco a poco… "Paranoia" podría describirse como un mecanismo implacable de renovación de la intriga en una sucesión acelerada de pruebas-peligros-pistas que se multiplican de manera aparentemente infinita…

Sobre el final de la novela (Esto que sigue NO contiene spoilers). Suele suceder en muchas historias-laberinto (la serie Lost sería tal vez el caso más paradigmático) que complican tanto la trama que cerrar esa inercia de una manera creíble y dando respuesta a todos los interrogantes que se han abierto es francamente difícil. Los finales de este tipo de historias acostumbran a decepcionar... pero es que hay que tener en cuenta que no están concebidas para ser finalizadas sino todo lo contrario, están pensadas para reproducirse, para expandirse...

Obviamente no vamos a revelarles el final de "Paranoia"… Solo les diremos que mientras leíamos la novela fuimos bastante escépticos sobre el final pero una vez llegado el momento culminante todo encajó y creímos entender la historia, pero acto seguido, y sin saber muy bien cómo, el sentido se volvió a desordenar y, francamente, nos entraron ganas de que la historia continuara para seguir állí dentro…

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FICHA TÉCNICA 

- Título: Paranoia
 - Título en el idioma original: Puzzle 
- Autor: Franck Thilliez
- País: Francia
- Año publicación idioma original: 2015
- Editorial: Destino
- Páginas: 491
- Valoración personal (1-10): 7

20/5/15

Máscaras y demonios

“Si no seguimos buscando el motivo de nuestra infelicidad, nunca nos enfrentaremos a nuestros demonios. Es más fácil insultar, gritar, que ponerse en el lugar de los demás e intentar entenderlos, aceptar que el mal no sólo está fuera de nosotros, sino también, y sobre todo, dentro de nosotros. Tú has dicho una cosa cierta, todos nos escondemos detrás de máscaras. Pero ¿sabes por qué? ¿Sabes por qué lo hacemos? Porque somos humanos, porque tenemos miedo, miedo de morir, de no ser suficientemente queridos, de quedarnos solos…”


Roberta de Falco, pseudónimo de Roberta Mazzoni, (Milán, 1951) confirma con Nadie es inocente aquello de que nunca es tarde si la dicha es buena... A sus sesenta y cuatro años y con una larga trayectoria como guionista de cine y televisión a sus espaldas, la italiana publica su primera novela. Una primera novela muy madura que más bien parece la cuarta o quinta obra de una novelista consolidada. Nadie es inocente es una novela elegante, equilibrada y muy bien construida que constantemente parece contradecir su condición de opera prima…

La de de Falco es una novela que en un primer momento parece desprender una cierta aura de comedia inofensiva que el lector imagina va a imponerse sin más a lo largo de toda la narración, pero a medida que la historia avanza se hace evidente que hay algo más, una sombra bien negra que se asoma de manera progresiva y se confunde con esa primera imagen.

Y es que "Nadie es inocente" es una de esas novelas con doble fondo. Existe, como decíamos, un primer nivel amable, entretenido, que tiene algo o mucho de comedia de enredos a la italiana, pero también existe un segundo nivel duro, directo, amargo desde el que la autora destila un retrato terriblemente pesimista de la condición humana, de la historia pasada de Trieste, de los tiempos que corren y del futuro que nos espera.

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La novela arranca cuando un corredor de fondo encuentra el cadáver de una anciana en el muelle Audace, a dos pasos de la plaza Unità, delante del hotel Savoia, en la ciudad de Trieste. La mujer, viuda desde hacía unos años, vivía en compañía de una cuidadora de origen brasileño y un jardinero en una villa solitaria que siempre fue objeto de deseo y disputa por parte de muchos. De hecho, después de su muerte todavía lo sigue siendo…

La anciana, que nunca despertó la simpatía de prácticamente ninguno de sus familiares y conocidos, apenas contaba con una amiga. Y es que, Úrsula Cohen, así se llamaba la víctima, se ganó a pulso una sólida fama de mala persona... El comisario Ettore Benussi de la brigada de Trieste será el encargado de investigar el caso.

Benussi es un tipo perezoso, descreído, cínico, que está a punto de jubilarse y sólo aspira a dejar pasar los días con la habilidad suficiente para evitar esfuerzos y preocupaciones que él juga inútiles. Es por eso que detesta los casos difíciles como el de Úrsula Cohen...

Los detesta casi tanto como detesta al alocado novio de su hija adolescente Livia, que atraviesa un mal momento, o al idealismo inocente de la pareja de jóvenes y voluntariosos inspectores Elettra Morín y Valerio Gargiulo, que le ayudarán a llevara adelante la investigación.

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Lo más destacado: 

Una tragicomedia muy negra

Tal y como comentábamos al principio de esta reseña la novela de de Falco destaca sobre todo por su gran capacidad para conjugar con éxito dos registros aparentemente irreconciliables: por una parte tendríamos el planteamiento cómico-sarcástico que por ejemplo se articula en torno a la herencia de la casa de la señora Cohen y, por otro, la concepción fatalista de la historia y del ser humano que se deprende del legado de horror de la experiencia de la ocupación nazi, la Risiera di San Sabba… que marcará la vida de la señora Cohen y de otros personajes. Manejarse bien en esos dos terrenos y combinarlos de manera que el resultado sea creíble es realmente complicado. Nadie es inocente es posiblemente la mejor novela tragicómica que hemos leído últimamente. 

Una protagonista pesimista y desencantado

La novela de de Falco avanza a partir de los progresos de un investigador que ejerce de protagonista de la novela. Nos referimos al comisario Ettore Benussi. Hace muchos años, Benussi se licenció en ciencias políticas, pero por alguna razón terminó metido a policía y la vida y la calle lo volvieron un melancólico desencantado. Benussi vive poseído por una suerte de pasividad o pereza fatalista (como la ciudad de Trieste, afirmará él mismo al principio de la novela) que le hace denostar cualquier instinto que tenga algo que ver con el idealismo.

El comisario está convencido de que Occidente ha perdido el rumbo y que ya es tarde para enderezarlo o ni siquiera para mejorarlo en alguna medida. Ahora solo aspira a jubilarse, estar tranquilo, disponer de tiempo para escribir novelas policíacas inspiradas en sus experiencias como policía y seguir una imposible dieta Dukan que posiblemente no es más que una manera de rechazar su pasado…

Benussi es un tipo con graves defectos (“criticaba en los demás lo que siempre se perdonaba a sí mismo”) pero todavía conserva diríamos que de manera casi inconsciente y algo irracional una especie de reserva final de emergencia (como un último paracaídas) de nobleza, compasión, amor... que de alguna forma compensa in extremis su pesimismo exacerbado y posiblemente le permita dar sentido a su existencia. 

Una novela coral

En cualquier caso, y como buena tragicomedia que es, en la novela de de Falco el protagonismo del comisario Benussi nunca es arrollador o exclusivo. En "Nadie es inocente" se desarrolla una importante dimensión coral de manera paralela a la evolución del personaje del comisario que permite al lector ahondar en la biografía de un considerable número de personajes e interpretar el mismo asesinato desde varios puntos de vista.

En este sentido cabe destacar que a pesar de sus diferencias muchos de los personajes que conforman "el coro" de la novela tienen bastantes rasgos comunes. Rasgos que sobre todo apuntan a una infancia hostil o incluso traumática (Úrsula Cohen, la víctima, Elettra, Violeta… el mismo Benussi encajaría aquí también) o en términos más generales a una suerte de infelicidad que principalmente tiene que ver con el miedo, el resentimiento, la venganza… y en definitiva con los demonios que cada personaje lleva consigo.

La dimensión coral de la novela de de Falco, que queda muy bien reflejada en el título, es fundamental para entender las motivaciones del asesinato de la señora Úrsula Cohen. Y aquí encontramos lo que a nuestro juicio es el elemento más original de la opera prima de la novelista italiana: un solo crimen es capaz de convocar y simbolizar algo así como la historia reciente del desplome moral de Occidente, el fin de los grandes relatos, de las grandes esperanzas… desde los la debacle ocasionada por el régimen nazi (“… es fácil convertirse en un monstruo, si ya no se tienen las fuerzas para oponerse al Mal…”) hasta la pérdida de valores y de inercia combativa de la sociedad actual (“Era como si un cansancio mortal se hubiese adueñado de la Humanidad entera…”)

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FICHA TÉCNICA

- Título: Nadie es inocente
- Título en el idioma original:Nessuno è inocente
- Autor: Roberta de Falco
- País: Italia
- Año publicación idioma original: 2014
- Editorial:Edhasa
- Páginas: 316
- Valoración personal (1-10): 8

11/5/15

Blanca como una mente en blanco

“¡Ah! Argel...
Blanca como una mente en blanco…”

“—¿Conciencia? ¿Y eso qué es? – grita Slim para hacerse el gracioso.
—Un tumor maligno en el cerebro – le informa el banquero.”  



"A qué esperan los monos..." es la esperada nueva novela del autor de la trilogía de Argel Mohamed Moulessehoul, más conocido como Yasmina Khadra, después de un silencio de prácticamente siete años. La de Khadra es una novela dura, contundente y muy comprometida que denuncia con especial virulencia la corrupción, el caciquismo y la escandalosa impunidad con la que ha actuado la clase dirigente del país (los rboba que mueven los hilos en la sombra) a lo largo de los últimos cincuenta años.

Combinando pasajes de un suntuoso pero sincero lirismo con otros dominados por diálogos rápidos y tajantes que recogen los giros y modos de hablar de la calle, el escritor argelino traza un retrato demoledor sobre su país que no dejará a ningún lector indiferente. 

Tras la lectura de esta novela da la impresión de que medio siglo después de su independencia, Argelia no ha querido o no ha sabido avanzar hacia un modelo de sociedad más justa y democrática. A juzgar por el relato de Khadra, la Argelia actual permanece sepultada bajo la losa del miedo que ejercen aquellos que en su momento se hicieron pasar por liberadores de la patria (a la menos así vendieron el relato) pero que finalmente acabaron ocupando el puesto de los colonizadores, también por la losa del servilismo ruin y cobarde que únicamente aspira a integrarse en el nefasto sistema y por la larga sombra de la corrupción que ha llegado a impregnarlo todo vaciando las conciencias de principios y desechando cualquier posibilidad de cambio…

Ya queda lejos el clamor de las plazas de la primavera árabe. Clamor que a pesar de las manifestaciones de 2010 y 2011, leemos en algunos artículos periodísticos, en Argelia fue solo un ruido de fondo que no logró inducir los cambios que tuvieron lugar en otros países. En la actualidad el inmovilismo es total. Parece que a fecha de hoy en Argelia queda poco margen para la esperanza.

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La novela de Khadra arranca cuando hallan el cadáver de una joven en el fondo de un barranco en el bosque de Bainem. A juzgar por su vestimenta, el cuerpo sin vida está ataviado por un delicado vestido de novia, parece que la chica fue secuestrada en plena boda... Le encomiendan el caso a la comisaria Nora Bilal, una mujer fuerte y decidida de unos cincuenta años dispuesta a llegar hasta el fondo del asunto. Para ello tendrá que lidiar con la actitud “falocéntrica” de muchos de sus colegas que no soportarán que una mujer esté al mando de la investigación.

En cualquier caso, lo peor vendrá cuando las pistas del caso apunten hacia las altas esferas. En ese momento, la máquina implacable que protege a los intocables, a los rboba que tejen y destejen a su antojo el destino del pueblo argelino, empezará a funcionar y la investigación que encabeza Nora se volverá una misión sumamente peligrosa…

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Lo más interesante:

La visión crítica sobre la historia reciente de Argel y sus medios y argumentos legitimadores. Ya lo hemos avanzado al principio de esta reseña, en A qué esperan los monos… Yasmina Khadra es una novela denuncia que ataca con ferocidad la manipulación desvergonzada a la que el régimen argelino somete el relato sobre la independencia del país para traducirlo en legitimidad histórica (autootorgada, obviamente) que entre otras cosas se utiliza para justificar la escandalosa permanencia en los puestos de mando de la misma casta (“Los rboba de Argel no morirán nunca. Cuando no queden estrellas en el cielo […] los boba seguirán ahí, de pie sobres cenizas de un mundo desaparecido…”).

Cabe recordar que salvo cuando lo hicieron los militares durante la década de los 90, el Frente de Liberación Nacional (FNL), el antiguo partido único, lleva gobernado Argelia desde su independencia, el 10 de julio de 1962.

También es interesante el retrato que realiza el escritor argelino de los medios de comunicación de su país y del llamado periodismo de opinión (en oposición al periodismo de información, inexistente) que permite controlar las conciencias y mantener el statu quo.

Un magnífico mosaico de personajes. También nos gustó mucho la selección de personajes y su clara (diríamos casi didáctica) caracterización. Desde el rboba Haj Saad Hamerlaine, pasando por Ed Dayem, el capitoste de los medios de comunicación, o el teniente corrupto Guerd, o el impotente inspector Zine, o la misma Nora Bilal…, todos parecen funcionar como prototipos o representantes de los distintos roles que participan en el drama argelino: continuismo-sadismo-maldad (“No hay poder duradero sin maldad”, dirá Hamerlaine), colaboracionismo-supervivencia-pérdida de la identidad moral (“ignoro totalmente quién soy”, dirá Ed Dayem), miedo-desesperación-indignación (“¿A qué esperan los monos…?”, se preguntará Sid-Ahmed)...

La novela de Khadra no es una novela coral pues tiene una protagonista que lidera la acción de la trama prácticamente hasta el final (la comisaria Nora Bilal), si bien pensamos que ese impulso o vocación está presente desde el principio. A medida que la novela avanza el autor parece elegir la panorámica general, el retrato de conjunto de la sociedad argelina, antes que el desarrollo de un personaje concreto Esto hace que el protagonismo de Nora se diluya en favor de otros personajes que en otras circunstancias no hubieran tenido tanto espacio.

El final de la novela. Obviamente no les revelaremos el final. Solo diremos que la novela renuncia sin ambages a la falsificación que hubiera supuesto un final, como decirlo, confortable para el lector. Khadra es coherente con su planteamiento crítico de partida y propone un final que conmueve. Un final que sin dejar de ser pesimista es capaz de dejar en el lector un último poso de esperanza.

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FICHA TÉCNICA

- Título: A qué esperan los monos...
- Título en el idioma original: Qu' attendent les singes
- Autor: Yasmina Khadra
- País: Argelia
- Año publicación idioma original: 2015
- Editorial: Alianza
- Páginas: 363
- Valoración personal (1-10): 8