28/4/15

Como se enrosca una serpiente


“Una tarde, el Anticuario sale de su torre a dar una vuelta por la ciudad, siguiendo una larga calle curva que se va cerrando sobre sí misma, como se enrosca una serpiente, y él va, la nariz sumergida en uno de sus tomos, perdido en un libro de ficción o uno de historia, da lo mismo…”





Poderosísima y exigente novela del escritor peruano Gustavo Faverón Patriau (Lima, 1966). Despertó nuestra admiración y nos exasperó a partes iguales. "El Anticuario" es una novela muy elaborada que logra combinar con inusual destreza la intriga detectivesca, la fabula borgiana y el terror gótico. El coctel de géneros es atrevido y original pero al mismo tiempo presenta un desarrollo muy complejo que exige mucha atención y también, por qué no decirlo, mucha paciencia por parte del lector.

En cualquier caso, entendemos que de haber sido más amable y legible, esto es, de haber arriesgado menos, la novela de Faverón no hubiera conseguido el efecto tan sugerente e inquietante que en nuestra opinión logra producir. De hecho, entendemos que muchos de los virtuosos excesos de los que hace gala la novela han sido precisamente concebidos para confundir y desorientar al lector de manera que el mismo acto de lectura, posiblemente ese es su gran logro, funcione como música sibilina que casi inconscientemente conecta al lector con el trasfondo lingüístico-patológico sobre el que gravita la novela.

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"El Anticuario" cuenta la historia de un psicólogo y psicolingüista viudo de nombre Gustavo (como el autor de la novela) que un día recibe una misteriosa llamada telefónica de un amigo de los tiempos de la universidad. Daniel, así se llama el amigo, lleva tiempo recluido en una clínica psiquiátrica a causa de un crimen cometido en el pasado. Tres años atrás, y sin motivo aparente, Daniel acabó con la vida de su esposa Juliana asestándole treinta y seis cuchilladas. Gracias al dinero de la familia el hombre pudo evitar la celda de una cárcel pero a cambio fue a parar a la celda de una clínica psiquiátrica poblada por extraños pacientes.

Ahora parece estar atravesando un mal momento y ha decidido recurrir al amigo psicólogo. Gustavo se siente en deuda con Daniel puesto que después del asesinato nunca encontró el momento para interesarse por su situación, si bien, por alguna extraña razón, siempre se sintió impelido a hacerlo, y accede a visitarlo a la hora del almuerzo.

El encuentro con Daniel tendrá para Gustavo un efecto extraño, entre terapéutico e inquietante. Tras escuchar su relato plagado de acertijos y silencios el psicolingüista decidirá lanzarse a investigar el trágico pasado del amigo asesino con el objetivo de entender qué fue lo que ocurrió realmente…

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Lo más destacado:

Una historia sobre literatura, celos y locura

El Anticuario es una novela sobre el amor, los celos, la soledad, la locura y también sobre literatura y lenguaje entendidos ambos como cárceles, como rituales patológicos (“las enfermedades mentales te hacen hablar pero convierten el lenguaje en un ritual”) pero también como formas de resistencia y libertad.

Atmósfera terminal

El Anticuario es una novela impregnada de principio a fin por una atmósfera salvaje y macabra que deja entrever un escenario terminal o postapocalíptico como de posguerra o de país devastado por una enorme tragedia que parece no dejar escapatoria ni esperanza a los personajes que lo habitan.

Ambigüedad detectivesca

Pensamos que El Anticuario no es exactamente una novela negra. Incluso diríamos que está al límite de no ser una novela detectivesca puesto que, si bien es cierto que hay un personaje (Gustavo) que lleva a cabo una suerte de investigación (que se articula a partir del recuerdo-evocación de su relación con Daniel, de las entrevistas que Gustavo mantiene con los antiguos compañeros del asesino y de las visitas a la clínica psiquiátrica), hasta prácticamente la mitad de la novela no queda claro cuál es el objetivo de todo esto. Parece como si de manera premeditada el autor intentara eludir esta cuestión para generar en el lector una cierta confusión.

Impecable artefacto “lynchiano”

Y es que de hecho, la novela de Faverón destaca sobre todo por su capacidad para despistar y confundir al lector. Son varias las técnicas y estrategias que el escritor peruano emplea para conseguir este objetivo. Destaca en primer lugar el constante (o casi mejor decir paranoico) vaivén entre los distintos narradores interpuestos que se pasan el testigo a lo largo de la novela. Realmente hay que estar muy atento para no olvidar quien está narrando y a quien se dirige.

A su vez, Faverón pone en marcha una prosa trabajada, densa, tortuosa... La novela está plagada de frases larguísimas que a menudo se extienden por espacio de más de una página. La prosa del escritor peruano es de una viscosidad orgánica, es como un líquido denso que invade la página hasta ocultarla bajo una inmovilidad sonámbula que de nuevo exige toda la atención del lector.

Por otra parte, los capítulos suelen iniciarse con un breve diálogo aparentemente absurdo que recuerda al kōan de la tradición zen (problema aparentemente absurdo que no admite una solución lógica o lineal sino que exige del uso de la intuición)

Y también llama la atención la utilización de una serie de fragmentos en cursiva intercalados entre los capítulos de la novela que aparentemente permanecen desgajados de la historia principal, en una especie de dimensión narrativa paralela.

La conjugación de todas estas estrategias consigue imponer una atmósfera nebulosa difícil de gestionar por parte del lector que nos hizo pensar en la manera de contar historias de David Lynch (pensamos sobre todo en películas como "Lost Highway", "Mulholland Drive"…) El lector-espectador es siempre una víctima de la avalancha de imágenes (en el caso de Lynch) y de la escritura (en el caso de Faverón) puesto que se ve completamente superado a la hora de interpretar una historia que altera todos los parámetros y convenciones de una narración lineal. El lector de El Anticuario en todo momento se ve forzado o incluso violentado para abandonar su posición de comodidad y adoptar una actitud creativa.

Una historia atravesada por muchas historias

Como sucede en Las mil y una noches o en la obra de José Luis Borges, "El Anticuario" es una novela que funciona como conglomerado de historias y narraciones. Son muchos los relatos que atraviesan la trama principal: el del psiquiatra-paciente que diserta sobre las clínicas psiquiátricas, los hechos de la vida del doctor nazi Magnus Schwarzkopf que cuenta Yanaúma, la historia de los hoteles para muertos, la historia sobre la enfermedad de Ehlers y Danlos, las aventuras del poeta Feng Menlong…

En un primer momento, y más allá de la atmósfera siniestra, todas estas historias no parecen mantener una conexión clara, si bien a medida que la novela progresa o, mejor dicho, se enrosca "como una serpiente" su consanguineidad se hace más evidente y terminan por integrarse en una especie de juego fractal-simbólico en el que todos los relatos apuntan en la misma dirección.

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Resumiendo, "El Anticuario" es novela laberíntica, rica y sofisticada de prosa elaboradísima y factura impecable solo apta para lectores versátiles (no necesariamente amantes de la novela negra y policial) interesados en Borges, Bolaño, Lynch, Poe, Lovecraft… que además entiendan la literatura y sobre todo la lectura desde una perspectiva creativa y participativa.

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Entre 2005 y 2011 Gustavo Faverón administró el blog, Puente Aéreo (http://puenteareo1.blogspot.com.es/), un sitio para la discusión de temas de cultura y sociedad, preeminentemente vinculados con las letras, que ha sido considerado uno de los más influyentes de Hispanoamérica en los últimos años.

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FICHA TÉCNICA

- Título: El Anticuario
- Autor: Gustavo Faverón
- País: Perú
- Año publicación idioma original: 2015
- Editorial: Candaya
- Páginas: 248- Valoración personal (1-10): 8

20/4/15

Pasado, presente, futuro

“El pasado no se puede cambiar. Pero el pasado puede cambiar el presente y el futuro.”
 


Magnífica primera novela de la escritora y ex agente del Cuerpo de Policía de Nueva Gales del Sur (Australia), Pamela Newton. A pesar de ser su primera incursión en el campo de la novela, en "La vieja escuela" la escritora australiana hace gala de una extraordinaria madurez narrativa que a nuestro juicio está a la altura de los grandes autores noir del momento.

"La vieja escuela", cuya versión original (The Old School) fue publicada por Penguin en 2010, es una novela seca y dura que apunta directamente a la realidad y que no hace concesiones ni se pierde en efectismos a la hora de retratar desde una perspectiva muy crítica la historia reciente de su país. Una historia que en buena parte ha sido ignorada e incluso silenciada durante mucho tiempo por parte de las instituciones y los medios de comunicación australianos.

De hecho, a juzgar por lo que cuentan diversos artículos que hemos podido leer mientras escribíamos esta reseña, en la actualidad el proceso de asimilación y confrontación de la sociedad australiana con su propio pasado sigue originando intensos debates que no siempre terminan en consenso. En manos de Pamela Newton la parte sepultada de este pasado sale a la luz y vuelve a sangrar con rabia e indignación e inevitablemente obliga al lector a plantearse muchas cosas…

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"La vieja escuela" está ambientada en Sídney y sobre todo en Bankstown un suburbio situado a veinte kilómetros al suroeste de la capital. La acción transcurre en 1992, un año fundamental para el reconocimiento de los derechos de los aborígenes australianos. La Corte Suprema de Australia acaba de establecer la nulidad del concepto terra nullius (tierra de nadie), que durante siglos ha servido para legitimar la usurpación de tierras a los pobladores originarios del continente por parte de los colonos y sus descendientes.

Pero es muy probable que esta noticia no haya llegado a oídos de un viejo conocido de la policía al que llaman Mabo o Black Charlie. Mabo es un indigente, aborigen, que se deja la vida en las calles de Bankstown. Anda siempre cargado con bolsas de plástico, profiriendo insultos, cortando el tráfico, abducido sin remedio por el delirio alcohólico…

De vez en cuando, Ned, la bella policía de madre vietnamita y padre australiano a la que acaban de ascender a oficial, y TC, un veterano policía que fue su mentor cuando ella era una aspirante, se cruzan con él… Ned intenta ser amable pero solo es capaz de una tímida advertencia: “Venga, Mabo, pírate…” Por su parte, y a pesar de que Ned no quiere verlo, TC simplemente lo desprecia. Lo desprecia casi con la misma intensidad con la que desprecia la flamante Comisión Anticorrupción que se acaba de poner en marcha para restablecer el orden y la integridad de las prácticas del cuerpo de policía.

En este contexto, aparecen dos cuerpos sepultados bajo los cimientos de una torre de pisos que fue construida a mediados de los setenta y que en la actualidad se encuentra en proceso de demolición. Asignan el caso a Ned y TC. Ned está acostumbrada a robos, allanamientos, casos de conducción temeraria pero no a casos de asesinato como el que se plantea ahora. En cualquier caso, la joven agente de la brigada de Bankstown pondrá todo su empeño para llevar adelante la investigación e incluso enfrentarse a los compañeros de la vieja escuela que preferirían dejar las cosas tal como están…

A partir de un cierto momento, un caso que parecía no tener nada que ver con la agente Ned la obligará a aceptar la existencia de un vacío que ni ella misma sabía que llevaba consigo. Un vacío que al ser desvelado la devolverá a su origen, a su infancia, a sus padres y, en definitiva, a su verdadera identidad.

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Lo más destacado:

UNO. El acerado realismo que impregna toda la novela y que sin duda hace valer el importante bagaje policial de la escritora en una comisaría de un suburbio de Sídney. Resulta difícil imaginar que la novela hubiera resultado igual de creíble y contundente sin todos los detalles relativos a procedimientos policiales, lenguaje, gestos, lugares, personajes… a los que únicamente alguien que ha formado parte de un cuerpo de policía durante más de una década ha podido tener acceso de una manera natural. La habilidad literaria de Newton para recrear ese mundo de una manera fiel y realista nos parece admirable.

DOS. La solidez del pulso narrativo de la escritora australiana que permanece inalterable a lo largo de toda la novela. La vieja escuela es como uno de esos trenes nocturnos de mercancías que se abren camino en mitad de la noche sin necesidad de detenerse en ninguna estación. Tiene una fuerza “de fondo” que nosotros asociamos antes a la constancia y la acumulación que a la velocidad o al efectismo. Realmente, sorprende que se trate de una opera prima. La manera de escribir de Pamela Newton nos recordó mucho a escritores como David Simon, creador de la mítica serie de la HBO "The Wire", o George Pelecanos, autor que imaginamos la escritora australiana debe conocer bien porque, además de los paralelismos estilísticos que pueden establecerse entre ambos, de él es la cita con la que arranca la novela… Mire, un asesinato no se resuelve nunca. Salvo que los muertos pudieran volver de la tumba. Cuando alguien muere asesinado, para sus seres queridos, para sus familiares y para la sociedad es para siempre.

TRES. "La vieja escuela" es una novela negrísima que ofrece un muy interesante retrato de Australia durante el periodo que va de mediados de los años setenta hasta principios de los noventa del pasado siglo. Un retrato que como apuntábamos más arriba pone especial énfasis en las conflictos sociales y raciales que han condicionado la historia del país en las últimas décadas. Diríamos que son tres los temas de fondo que aborda la novela: 1) los conflictos sociales derivados de la represión a la que fueron sometidos los pueblos aborígenes australianos, que precisamente a principios de los setenta (momento en el que se fecha el asesinato objeto de la investigación) empezaron a organizarse para reivindicar sus derechos; 2) las prácticas racistas que llevaron a cabo muchas instituciones no solo para con los miembros de la comunidad aborigen sino también para con los inmigrantes “no blancos”, sobre todo asiáticos, muchos de los cuales tuvieron que emigrar a ese país después de la guerra de Vietnam; y 3) la profunda corrupción policial que durante décadas dio cobertura a todas estas injusticias.

CUATRO. Nos gustaría destacar por último el acierto de Newton a la hora de ligar la visión “macro” referida a la historia reciente de Australia y al llamado “Gran silencio australiano” con la biografía “micro” de Ned, la protagonista. Este planteamiento, que genera dos intrigas simultáneas que al final terminan convergiendo, podría interpretarse tal vez como metáfora de la imposible disociación (a pesar del paso del tiempo y de la tendencia a la amnesia colectiva) entre la actitud represiva o desinteresada de una sociedad respecto a determinadas injusticias que se dieron en el pasado y de las que esa misma sociedad es en parte responsable, y la identidad de cada uno de los ciudadanos que la integran.

Y de ahí la constructiva cita que hemos elegido para encabezar esta reseña: “El pasado no se puede cambiar. Pero el pasado puede cambiar el presente y el futuro.”

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FICHA TÉCNICA

- Título: La vieja escuela
- Título en el idioma original: The Old School
- Autor: Pamela Newton
- País: Australia
- Año publicación idioma original: 2010
- Editorial: Pàmies
- Páginas: 397
- Valoración personal (1-10): 9

12/4/15

El primer caso de Vince Treadwell

- No pienso dejarlo
- ¿Dejar el qué, Vince?
- Dejar de ser yo mismo.



"Besos para los malditos", la primera novela del inglés Danny Miller, es una novela de corte clásico que rinde homenaje al cine y la literatura noir. La fuerte carga épico-nostálgica del acertado título en español (el original, "Kiss me Quick", es bastante más contenido), así como la fotografía de la portada dejan entrever que la novela funciona también como sentido homenaje a toda una época, los años sesenta, y a un lugar, la turística población de Brighton, que en 1964 fue testigo de violentos enfrentamientos entre bandas de mods y rockers. En cualquier caso, y más allá de esta sugerente ambientación, la novela de Miller nos ha interesado sobre todo por lo primero, esto es, por su capacidad para crear y desarrollar personajes que sienten, piensa, actúan y hablan como personajes clásicos sin ser por ello meras copias o repeticiones.

Es verdad que los personajes de "Besos para los malditos" tienen algo o mucho de tópico. Ciertamente tuvimos la sensación mientras leíamos la novela de haberlos encontrado en la gran pantalla o en alguna una novela en más de una ocasión. Pero al mismo tiempo también apreciamos en ellos un aura de originalidad, posiblemente derivada de la multiplicidad de referentes que el autor pone en juego, que a nuestro juicio los hace parecer auténticos y creíbles para un lector del siglo XXI. Es como si el autor hubiera conseguido destilar algo parecido a la esencia mítica de los personajes prototípicos de la novela y sobre todo del cine negro clásico para trasvasarla a unos personajes que funcionan como receptores de una tradición entera.

Obviamente cuando nos referimos a los personajes estamos pensando en el protagonista de la novela, Vince “Manos Limpias” Treadwell, el insobornable detective que lleva a cabo la investigación que articula la novela, pero también en Henry “Piel Roja” Pierce, el ex luchador profesional que hace las veces de conductor-guardaespaldas de Jack, en Bobbie Lavita, la atractiva cantante novia de Jack que inevitablemente despertará el interés de Treadwell… y sobre todo en Jack Regent, el misterioso, culto y sádico gánster que nos hizo pensar mucho en Harry Starks el mítico protagonista de la trilogía de Jake Arnott.

El primer caso de Vince Treadwell arranca en 1964, cuando un tipo al que llaman Tommy el Trizas aparece muerto en un local del Soho propiedad de Lionel Duval, uno de los empresarios más importantes del West End londinense. Vince acude a la escena del crimen junto con Eddie Tobin, un veterano policía que está a punto de jubilarse, para investigar lo sucedido. Pero lo que debería haber sido una jornada de trabajo policial normal se complica inesperadamente hasta el punto de que Vince termina en el hospital gravemente herido.

Cuando le dan el alta han transcurrido varios meses desde el incidente y para sorpresa del joven detective el caso está cerrado y archivado. Por otra parte, el inspector jefe Ian Markham está empeñado en mandarlo a Brighton, la ciudad de la que el detective es originario, para investigar un nuevo caso que no parece entrañar demasiados misterios… Un cuerpo decapitado y sin manos ha aparecido en una playa de la localidad. Lo más curioso de todo es que junto al cuerpo han encontrado un cuchillo cuyas huellas dactilares parecen incriminar de manera incontrovertible a Jack Regent, el mítico gánster que marcó la infancia de Vince... Así pues, la tarea del detective no consistirá tanto en resolver el misterio sobre la identidad del culpable como en averiguar su paradero…

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"Besos para los malditos" es una novela sobre corrupción policial, pornografía, chantajes y narcotráfico que parece tener en las problemáticas derivadas de los lazos de sangre y en las deudas y miedos heredados en la infancia dos focos o motores importantes que dan sentido a la historia y a la acción de los personajes.

Como comentábamos más arriba la novela de Danny Miller tiene su valor más destacado en la recreación de unos personajes que desprenden el encanto y la capacidad de seducción de sus referentes clásicos siendo, a nuestro juicio, “los malos” (Regent, Pierce y compañía) los más logrados entre todos ellos. Más logrados incluso que el mismo protagonista que, a juzgar por las descripciones, es un trasunto voluntarioso, bastante violento y algo desorientado del mismo autor.

Así mismo también nos gustaría destacar la elegante trama que consigue atrapar al lector gracias a su imprevisibilidad y a una serie de golpes de efecto (pensamos por ejemplo en la escena final del almacén) que de nuevo recuerdan a algunas películas clásicas del género.

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Resumiendo, "Besos para los malditos" es una novela tocada por una atmósfera de clásico condensado que bascula entre el homenaje nostálgico y el suspense hitchockiano. La novela de Miller se lee bien, no presenta altibajos y entretiene, pero pensamos que en algunos momentos le hubiera sentado bien algo más de intensidad que tal vez se hubiera conseguido podando algunas páginas.

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FICHA TÉCNICA 

- Título: Besos para los malditos
- Título en el idioma original: Kiss me Quick
- Autor: Danny Miller
- País: Reino Unido
- Año publicación idioma original: 2011
- Editorial: Siruela
- Páginas: 389
- Valoración personal (1-10): 7


6/4/15

Futuro inmediato

“… habría podido verlo todo: todo lo que ya sucedió y todo lo que sucederá en el cercano y espantoso futuro inmediato: todo: incluso la mudez absoluta y definitiva de una madre ante lo imposible, ante lo que nadie nunca quiere que suceda, ni siquiera en los peores sueños, ni siquiera en la existencia del prójimo más aborrecido y vil…”


¡¡Graaaaaaaaaaaan novela de Luján!! Y disculpen el alarido, pero es que la tercera novela del escritor argentino Marcelo Luján rebosa ingenio y talento por los cuatro costados… como mínimo tanto ingenio y talento como puede haber en uno de esos driblings apoteósicos del delantero azulgrana Lionel La Pulga Messi que culminan en gol (así lo vemos nosotros) Y de ahí la incontrolable euforia futbolera a la hora de empezar esta reseña…

Desde "Vestido de novia", la novela del francés Pierre Lemaitre, cuya traducción al español fue publicada el año pasado, no leíamos una novela tan redonda y bien construida y con una capacidad tan abrumadora para generar suspense y mantener en vilo al lector de principio a fin. A nuestro juicio Subsuelo debería ser una de esas novelas destinadas a arrasar entre los aficionados a la novela negrocriminal de calidad.

Y atendiendo a las posibilidades audiovisuales latentes en la novela creemos que también se merecería que alguien, tal vez un director como François Ozon, autor de magníficas películas como "Swiming Pool" (nos saltó a la memoria mientras leíamos Subsuelo) y "Une nouvelle amie", hiciera una adaptación cinematográfica.

Tal y como sucedía en "Vestido de novia" pensamos que es mejor no revelar demasiadas cosas sobre el argumento de "Subsuelo" para no desvirtuar la lectura y sus efectos. Basta con decir que cuenta una historia sobre crueldad adolescente, sadismo, venganza y oscuros secretos familiares que a la manera de las tortuosas galerías de un hormiguero progresan bajo tierra fuera del alcance del ojo humano en direcciones insospechadas. Demasiados secretos acumulados en una sola familia de clase media alta formada por un padre de origen español, una madre de origen argentino y dos mellizos que aparentemente han crecido sanos e independientes... una familia que un día creyó encontrar la felicidad en una casa de veraneo ubicada en una parcela anclada al pie de una sierra, cerca de un pantano, aislada de casi todo, como para que no llegue un día en que alguien sienta la imperiosa necesidad de liberarse del peso acumulado...

Posiblemente uno de los valores más sobresalientes de "Subsuelo" es la capacidad de la historia para crear y renovar el suspense a medida que progresa. Marcelo Luján es un escritor habilísimo en este sentido. Con recursos aparentemente sencillos consigue que la tensión se propague como un incendio que multiplica sus focos por acción del viento. Tras una primera lectura creemos identificar dos técnicas que podrían parecer contradictorias pero conjugadas tal y como lo hace Luján se ayudan mutuamente y multiplican el efecto mencionado.

En primer lugar, cabe destacar la gran habilidad del autor argentino para dosificar la información. Luján nunca deja que el lector vea el conjunto de la historia sino que se la muestra poco a poco, en dosis perfectamente controladas y dejando siempre algo oculto, a la sombra, para provocar la necesidad de una nueva obertura, un nuevo encuadre clarificador. En el primer capítulo, por ejemplo, el autor ni siquiera da los nombres de los personajes. Esa información, al igual que muchas otras, será revelada más adelante. De esta manera la narración avanza a la manera de un puzle cuyas piezas, al principio, no parecen representar nada más que su propio contenido, luego surgen entre ellas algunas conexiones que parecen configurar algo de mayor calado y al final acaban originando una imagen que permite interpretar el conjunto de la historia.

En segundo lugar, cabe mencionar el uso reiterado del tiempo futuro para narrar la historia. Al principio, esta estrategia es especialmente desconcertante porque anticipa lo que vendrá a continuación en una especie de flash forward o proyección hacia el futuro de forma breve que en principio debería restar suspense a la trama, si bien sucede todo lo contrario. El hecho de narrar de manera anticipada algunos acontecimientos genera una especie de distancia inquietante que recuerda bastante a la atmosfera de los sueños o, mejor dicho, de las pesadillas. Mediante esta técnica los acontecimientos parecen precipitarse hacia un futuro de manera trágica e inevitable. Más que anticipar la narración y prevenir al lector, el tiempo futuro introduce un elemento de tensión que contamina de manera decisiva toda la historia.

"Subsuelo" es una historia de personajes complejos que tras su aparente uniformidad esconden rugosidades, pensamientos y secretos que sorprenden al lector. En la novela de Luján nadie es exactamente como parece ser en un primer momento, en su primera entrada en escena. Como un ruido secreto de fondo el sentimiento de culpa, la venganza, la codicia, el sadismo… emergerá a la superficie de manera paulatina para mostrar el verdadero carácter y las verdaderas motivaciones de todos ellos. En la novela de Luján hay algo oscuro que mueve a prácticamente todos los personajes, algo que parece revelar la inevitable corruptibilidad de la naturaleza humana.

Y para acabar un último apunte acerca de algo que comentamos más arriba cuando hablamos del uso del tiempo futuro y del efecto onírico-trágico que este conlleva… En nuestra opinión "Subsuelo" tiene una fuerte conexión con la tragedia griega. De hecho, pensamos que la de Luján es una novela negra que funciona bajo los parámetros básicos de una tragedia griega. Los secretos que ocultan los personajes parecen desempeñar el papel de fuerza misteriosa e invencible típica de las tragedias que encadena el destino de estos personajes a alguna forma de destrucción física, material o moral. El secreto como origen o síntoma del pecado y el destino como condena inevitable... En cualquier caso cabría preguntarse hasta qué punto y en qué medida los héroes y heroínas trágicas de la novela de Luján son responsables del mal que los aniquila, esto es, de los secretos y mentiras que ocultan o ponen en circulación y los efectos negativos que estos originan, y si realmente merecen el destino que al final les alcanza…

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FICHA TÉCNICA

- Título: Subsuelo
- Autor: Marcelo Luján
- País: Argentina
- Año publicación idioma original: 2015
- Editorial: Salto de Página
- Páginas: 236
- Valoración personal (1-10): 9