10/7/15

Hadas y cicatrices


“Pienso en el cuento de hadas que me leía mi padre de la doncella con las manos cortadas y de las grandes penalidades que sufría. Todo lo que pierde le es restituido, y le recompensan con más dones de los que tenía. Además las manos vuelven a crecerle. Pero la historia olvida mencionar que una cicatriz le anilla las muñecas. Lleva esas pulseras indelebles durante el resto de su vida. Y se niega a tapárselas, aunque poco a poco se van atenuando con el tiempo.”





Muy buena primera novela la de Claire Kendal. Arriesgada, exigente, claustrofóbica y sobre todo difícil de clasificar.

Sé dónde estás cuenta la historia de Clarissa, una administrativa de la Universidad de Bath que tras dejar atrás una frustrante relación que no le dio el hijo que deseaba, conoce a Rafe, un profesor universitario especialista en cuentos de hadas. Un día, Rafe invita a Clarissa a la presentación de un libro que acaba de publicar y al concluir el evento se ofrece para acompañarla a su casa. Pero una vez allí, la aparente amabilidad del profesor deja paso a algo monstruoso. Rafe adormece a Clarissa mediante una droga y abusa de ella.

A partir de ese momento, el profesor seguirá a la chica a todas partes hasta convertir su vida en una auténtica pesadilla. El único lugar en el que Clarissa podrá deshacerse de la presión de Rafe será en las dependencias del juzgado al que tiene que acudir para formar parte de un jurado popular. Incapaz de denunciar a la policía la situación de acoso, Clarissa empezará a llevar un diario personal en el que intentará dejar constancia la terrible situación que está padeciendo.

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A pesar de lo que les pueda sugerir la sinopsis que acabamos de apuntar Sé dónde estás no es exactamente una novela negra. Es mucho más que eso. En la novela de Kendal lo negrocriminal es importante pero no es lo fundamental puesto que no condiciona su desarrollo con sus códigos y reglas. Cabe destacar por ejemplo el tratamiento que la autora da a la investigación, elemento típico de toda novela policíaca. Sucede en esta novela que no hay una investigación propiamente dicha. Solo hay acumulación de pruebas por parte de la protagonista en forma de notas escritas en un cuaderno.

También llama la atención el manejo de la intriga. La repetición obsesiva del esquema casa-juzgado-cafetería-cuaderno parece inhabilitar la posibilidad de cualquier intriga. Solo al final este elemento parece cobrar más relevancia, tal vez para facilitar el desenlace de la historia. Diríamos pues que Sé dónde estás es una novela que forja su propia dinámica (por eso decíamos más arriba que es arriesgada), su propio ritmo… Un ritmo en la que lo más importante es narrar de tal manera que el lector sienta que se encuentra bajo la piel de la víctima y que ve a través de sus ojos.

La opera prima de Kendal no es por lo tanto una novela que haya sido concebida como una cadena de conflictos-pistas-retos-peligros que se van renovando de manera orgánica, sino que está pensada como un espacio cerrado en el que la víctima solo parece tener una opción: repetir el ritual de la escritura, convertir el maltrato psicológico, emocional y físico en escritura. De esta manera la experiencia de lectura se convierte en una especie de viaje hacia el centro del sufrimiento.

De ahí que a lo largo de la novela sea mucho más importante lo que sucede dentro de la protagonista que fuera de ella. En este sentido, nos parece significativa la ausencia de descripciones de espacios exteriores y en consecuencia la poca visibilidad de los escenarios por los que se mueve Clarissa. Fuera de su cabeza todo parece distante, nebuloso, inalcanzable.

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Una de las cosas que más nos ha sacudido de la novela de la escritora inglesa es su verosimilitud, su potencia sugestiva. Mientras leíamos, nos preguntamos a menudo si la autora habría tomado como referencia un informe policial o un caso clínico para construir su historia… Son varios recursos a los que recurre la autora para provocar esta sensación de hiperrealidad.

En primer lugar, cabría mencionar el recurso del diario. El diario que mantiene Clarissa permite al lector acceder directamente a la intimidad de la protagonista, intimidad que constituye el auténtico epicentro de la novela. Algo parecido propuso Samuel Richardson en su novela Clarissa mediante la fórmula epistolar. De hecho, Sé dónde estás es un intento de adaptar a los tiempos actuales esta novela del siglo XVIII.

También contribuyen a ese efecto hiperrealista las constantes referencias a los cuentos de hadas que funcionan como “puerta de entrada” al mundo de sufrimiento de Clarissa. Esta operación se lleva a cabo básicamente a través del personaje de Rafe. El acosador Rafe aparece en un primer momento como un personaje de ficción parangonable por ejemplo a Barbazul (la cita que abre la novela está extraída del cuento de Perrault) o al conde Drácula, pero eso es solo una excusa para dar entidad al monstruo, para identificarlo y situarlo en el imaginario del lector. Una vez realizada esta operación y gracias a las notas de Clarissa el monstruo se transforma en una presencia muy humana, muy real y extraordinariamente cercana.

Por último, cabría señalar la capacidad de Kendal para armar un texto que combina pasajes dotados de fría objetividad con desgarrados raptus poéticos (“Mi pelo parece un carámbano de hielo que canaliza el frío a través de mi piel hasta las venas, un hechizo que petrifica la carne”) que nos hicieron pensar mucho en la literatura femenina y feminista de por ejemplo Clarise Lispector, Elfriede Jelinek y Fleur Jaeggy ,o incluso en el cine de Michael Haneke o Lars von Trier.

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Siempre hemos sostenido que el futuro de la novela negra y de la novela en general pasa inevitablemente por la subversión de los géneros establecidos (incluso de los formatos establecidos). Sé dónde estás es un buen ejemplo de ello. La de Kendal es una novela exigente que en un primer momento puede causar cierto extrañamiento en el lector que espera encontrar una novela negra al uso, pero no hay duda de que su lectura merece la pena. Sé dónde estás es la novela más personal que hemos leído en lo que va de año.

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P.D.: responsables de la editorial Anagrama, en nuestra opinión la minúscula etiqueta negra agazapada en el margen superior derecho hace pensar antes en una prueba del departamento de marketing que en una marca identificativa útil para libreros y lectores. ¡Atrévanse y saquen una colección negra de verdad, una colección negra con autores de calidad que se acercan al género desde la periferia, una colección negra con las portadas negro azabache y las letras blancas e inocentes…! La de Claire Kendal podría haber sido la primera…



 

FICHA TÉCNICA

- Título: Sé dónde estás
- Título en el idioma original: The Book of You
- Autor: Claire Kendal
- País: Reino Unido
- Año publicación idioma original: 2014
- Editorial: Anagrama
- Páginas: 366
- Valoración personal (1-10): 9

30/6/15

El demonio como posibilidad

“Madrid es la única ciudad del mundo que tiene una estatua dedicada al Demonio”

“… la llave del alma no estaba ya en el corazón, porque había que entregarse a la fiereza, y creyó en el Demonio como en una posibilidad más…”




Segunda entrega de las aventuras del detective ludópata Julio Cabria publicada en 2009. En Impar y rojo Óscar Urra vuelve a utilizar los mismos recursos que tan buen resultado le dieron en A timba abierta, la primera novela de la serie, a saber, una prosa brillante, personajes algo decadentes pero siempre entrañables y divertidos y una clara voluntad de crítica social que sobrevive al registro humorístico-poético del conjunto.

En esta segunda novela el veterano comisario Subirats se pone en contacto con Cabria para que lleve a cabo una complicada investigación de manera extraoficial. Tras una serie de sonados fracasos que han dejado por los suelos la reputación del veterano policía no hay margen para un nuevo error, de manera que Subirats decide que nadie mejor que Cabria para arriesgar el tipo. Si la cosa sale bien, el comisario mantendrá alejado a un tal Botines con quien Cabria tiene algunas deudas pendientes y agilizará trámites para que no le salpique un antiguo caso que todavía colea. Si se niega la vida de Cabria se va a complicar a marchas forzadas… Además, como dice Subirats, “hay naipes de por medio, y usted (Cabria), como jugador empedernido que es, puede tal vez entender la mentalidad de este criminal mejor que un agente cualquier.”

El tema es que han aparecido dos cadáveres en dos puntos distintos de la ciudad: un proxeneta en la Casa de Campo y un sacerdote en su parroquia. En ambos casos han encontrado sobre los cuerpos una carta, un joker, o un “Arlequín”, como gusta más decir a Subirats, la carta que vale para todas las cartas… “Dos muertes, dos naipes, como en las “pelis” de asesinos en serie…” Al parecer, un escurridizo asesino anda suelto por Madrid y a Julio Cabria no le quedará otra que intentar darle caza.
Con esta novela sobre la impunidad y la venganza Urra intenta afianzar y expandir el particular submundo del detective Cabria. En ella se dan cita personajes que ya aparecieron en la primera entrega, Nadia, Vitriolo, Meléndez, César… entendemos que para reforzar la idea de serie y remitir al lector a la primera en caso de que no la haya leído, al tiempo que se estrenan otros de nuevo cuño.

En cualquier caso, el detective parece seguir igual: enganchado al juego, fumando Ducados, escuchando a Brel, metiéndose entre pecho y espalda unos desayunos desproporcionados que no pueden traer nada bueno (¡Cabria, ojo con el colesterol,!) y, sobre todo, tocado de lleno por la mala suerte. Una mala suerte que si bien le hará víctima de alguna paliza memorable que combatirá a base de frívolas poesías o incluso sujeto de alguna pérdida importante, tiene también algo de destino romántico, dulce y distante al mismo tiempo, desde el que, se nos ocurre, es imposible tener demasiado miedo. Y esto le da al personaje un encanto especial y muchas posibilidades de cara al futuro.

Por otra parte, la geografía del “otro Madrid” que ya apareció en la primera novela, sigue funcionando como decadente telón de fondo que arropa y al mismo tiempo atrapa a los personajes que lo habitan. “Una gran ciudad nutre de sueños a sus moradores…”, aunque consistan en reunirse alrededor de un tapete verde para jugarse el alma a las cartas… Desde este punto de vista, la principal novedad respecto a la primera es una hitchcockiana escapada por la sierra de Guadarrama …

Y como decíamos más arriba, en esta segunda novela la prosa de Urra sigue rindiendo a un altísimo nivel. El ingenioso barroquismo de la escritura del madrileño mezclado con grandes dosis de poesía (culta y callejera) sigue enganchando, entreteniendo e iluminando al lector. Al igual que en la novela anterior, en la presente la escritura le disputa el partido a la historia y, a nuestro juicio, en esta ocasión la cosa no queda tan equilibrada como en la primera.

Pensamos que en Impar y rojo el juego lingüístico, lo poético (que posiblemente es la pulsión natural del autor) no dejó espacio para armar una trama detectivesca con más suspense o, por ejemplo, para incorporar más personajes y evitar así la previsible identificación del asesino. Se nos ocurre que este es uno de los mayores peligros que la saga de Julio Cabria puede tener en el futuro. Es tal la facilidad de Urra para armar un texto hechos de guiños, gestos, quiebros y poesía que a la larga las historias pueden quedar diluidas en ese juego.

En cualquier caso, pensamos que la inercia poético-irónica de las novelas de Urra no es únicamente un bello disfraz o un divertimento sino que hay que entenderla como la concreción formal de una actitud ante la vida que es plenamente coherente con la personalidad del detective Julio Cabria y posiblemente de su autor. Por otra parte, pensamos que la calidad de las dos novelas que lleva publicadas está íntimamente relacionada con esto. Sin esta faceta poética-irónica-humorística y tan literaria Urra no sería Urra.

Dándole vueltas al asunto se nos ocurre que tal vez no sea una mera casualidad el hecho de que algunos de los mejores autores de novela negra de nuestro país (pensamos en Ibañez, Zanón, Salem…) sean también poetas con una sólida trayectoria a sus espaldas (es el caso de Zanón y Salem) o escriban sus novelas negras desde una óptica que nosotros percibimos como muy poética (es el caso de Ibañez) … y en todos los casos tengan mucho sentido del humor.

Óscar Urra es un magnífico escritor-poeta-literato-humorista y es gracias a eso que sus novelas son grandes. Si pueden, síganle.

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FICHA TÉCNICA 
- Título: Impar y rojo
- Autor: Óscar Urra
- País: España
- Año publicación idioma original: 2009
- Editorial: Salto de Página
- Páginas: 215
- Valoración personal (1-10): 8

24/6/15

Justicia para los heridos

“… En el corazón de todo ser humano hay algo que nos lleva a buscar justicia para aquellos que han sido perjudicados y heridos…”

“En algún lugar, en la profundidad de esos bosques…”


Muy buena opera prima de la italiana Valentina Giambanco. La novela contiene mucho más de lo que la calculada fotografía de la portada (parece una imagen de archivo) y la tipografía Old School del título parecen sugerir. Curiosamente, esta imagen también se ha utilizado para la edición francesa de la novela. Para nuestro gusto, resulta más sugerente la portada de la edición inglesa, cuyo oscuro grafismo parece haber heredado algo de los imperecederos títulos de crédito de Se7en (Fincher, 1995) realizados por el gran Thomas Cobb, o incluso la aparentemente inofensiva propuesta naif de la edición japonesa… En cualquier caso, lo importante es lo que viene después de la portada, la historia... y en el caso de la novela de Valentina Giambanco insisitimos en que es buena y engancha.




 
"13 días", que fue publicada en inglés con el título The Gift of Darkness, algo así como El regalo o el don de la oscuridad, es un ambicioso thriller que no solo ofrece una inquietante historia de locura y venganza que no da tregua al lector, sino que además consigue desplegar una trama muy bien diseñada que deja los suficientes cabos sueltos como para hacer imprescindible una segunda entrega (que dicho sea de paso acaba de ser publicada por editorial Pàmies con el título En lo profundo del bosque) ¿y tal vez una tercera?

Es frecuente encontrar thrillers con tramas que son interrumpidas de manera forzada para dar pie a una segunda entrega. Segunda entrega que hubiera sido perfectamente prescindible o en todo caso asumible por la primera. Desde este punto de vista "13 días" ha sido una agradable excepción. La novela de Giambanco evita con elegancia e intuimos que con muchas tablas la tentación de aplazar determinados episodios de manera artificial.

Giambanco, que tiene una larga experiencia como montadora de cine, hace avanzar la trama rigiéndose únicamente por la lógica narrativa, y si bien es cierto que en ocasiones el lector desearía entender qué relación existe entre el caso de asesinato que investiga la detective Alice Madison, las motivaciones del asesino en serie y determinados episodios del pasado, el orden de intrigas y prioridades diseñado por la escritora italiana se impone con naturalidad sin que el lector note ninguna maniobra extraña ni quede decepcionado con los cabos que quedan en suspenso.

"13 días" cuenta la historia de Alice Madison, una detective del departamento de Homicidios de Seattle con un pasado complicado que debe enfrentarse a un brutal caso de asesinato. Un psicópata ha entrado en casa de una familia acomodada y ha acabado con la vida de todos sus miembros. El asesino ha dejado un misterioso mensaje grabado en el marco de una puerta: TRECE DÍAS.

Esta no era la primera vez que James Sinclair, el padre de la familia asesinada, había sufrido un episodio violento. Veinticinco años atrás, cuando apenas contaba trece años, James fue víctima de un horrible secuestro junto con otros dos amigos mientras estaban pescando cerca de un bosque, en Ballard. El caso fue conocido como “el caso de los niños del río Hoh”. En aquella ocasión, James Sinclair, al igual que John Cameron, otro de los muchachos secuestrados, sobrevivió milagrosamente. David Quinn, en cambio, fue asesinado o simplemente desapareció sin dejar rastro. Su cuerpo nunca fue encontrado.

En la actualidad, John Cameron es una especie de fugitivo de la justicia al que las pistas encontradas en casa de los Sinclair apuntan como principal sospechoso del asesinato...

La de Valentina Giambianco es una novela extensa (461 páginas) y de una cierta complejidad debido a los dos casos separados por más de veinticinco años entre los cuales parece existir algún tipo de conexión, los episodios relacionados con la infancia de Alice o incluso del asesino serial, la existencia de un falso culpable, etc. En cualquier caso, la división en capítulos breves y la claridad de la escritura de Giambanco allanan el camino y hacen de "13 días" una novela muy entretenida y de fácil lectura.

Atendiendo a la personalidad obsesiva de Alice (es licenciada en psicología y criminología, es soltera, no fuma, bebe poco, paga las facturas a tiempo…) y a la lluviosa ciudad en la que transcurre la historia de Seattle, que en la novela parece convivir en un extraño equilibrio con la naturaleza salvaje de bosques, montañas y lagos que la rodea, 13 días nos hizo pensar mucho en The Killing, la serie de la AMC protagonizada por Mireille Enos y Joel Kinnaman (http://www.amc.com/shows/the-killing).

Por otra parte, y atendiendo a la historia de los tres chicos secuestrados con la que arranca la novela también vimos una cierta proximidad con el planteamiento inicial de Mystic River, una de las mejores obras del gran Dennis Lehane.

Además de los personajes de Alice Madison y John Cameron no hay duda de que otro de los hallazgos de la novela es el misterioso Harry Salinger, el astuto asesino serial capaz de idear los artefactos más abominables que nadie pueda concebir...


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 FICHA TÉCNICA 

- Título: 13 días
- Título en el idioma original: The Gift of Darkness
- Autor: Valentina Giambanco
- País: Italia
- Año publicación idioma original: 2013
- Editorial: Pàmies
- Páginas: 461
- Valoración personal (1-10): 8


12/6/15

El cieno y la conciencia

“Para encontrar a un asesino sigues las pistas, sí. Pero también las emociones. Las que apestan, las infectas y pútridas. Sigues el cieno. Y ahí, acorralada, encuentras a tu presa.”

“Pero no hay donde ocultarse de la conciencia.”


Quinta novela de Louise Penny protagonizada por Armand Gamache, el más famoso y respetado investigador de la prestigiosa división de homicidios de la Sûreté du Québec, y segunda traducción al castellano de una novela de la autora canadiense, al menos que sepamos nosotros.

"Una revelación brutal" es una novela que a nuestro juicio destaca por su particular ambientación rural (la acción transcurre en un pequeño pueblo turístico ubicado en medio de la naturaleza llamado Three Pines que recuerda bastante al "Twin Peaks" de Lynch y Frost), por sus peculiares personajes (salvo los que hacen de policía, el resto son poetas, artistas, soñadores o emigrantes en busca de un lugar tranquilo donde vivir o rehacer su vida) y por una trama algo lenta pero entretenida que combina de manera bastante equilibrada la intriga detectivesca y una reflexión sobre el pecado y el arrepentimiento que, lo avanzamos ya, nosotros no compartimos.

Louise Penny es una escritora de cabello cano, mirada apacible y trato encantador, que pensamos gustará más a las lectoras o lectores de las novelas románticas del escritor del siglo XIX Nathaniel Hawthorne que a los de, pongamos por caso, David Peace o James Ellroy. En nuestra personal escala de Richter negrocriminal Louise Penny ocupa el lugar más alejado posible del que ocupa el señor James Ellroy.

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"Una revelación brutal" arranca con la aparición del cadáver de un anciano en el establecimiento de Olivier Brulé, un ambicioso agente del Banque Laurentienne du Canada que un día decidió abandonar el competitivo mundo de los negocios para vivir en un lugar tranquilo gestionando un refinado bistrot junto a Gabri, su novio.

Al principio, todo parece indicar que la víctima, a quién nadie es capaz de identificar, era un indigente que merodeaba por la zona. Pero para Armand Gamache, el jefe de homicidios de la Sûreté du Québec que se desplaza a Three Pines para investigar el caso, hay unas cuantas cosas que no acaban de encajar: el hombre, que debería tener unos sesenta años, estaba en buen estado físico, lo cual le hace pensar que se alimentaba bien, y sus ropas estaban limpias… Y todavía más extraño: ¿por qué decidió el asesino dejar el cadáver en el bistrot de Olivier pudiéndolo dejar en mitad del bosque donde nadie lo hubiera encontrado?

Three Pines es un pueblo pequeño y tranquilo. La gente que vive en él parece formar una comunidad sólida y bien avenida. Pero la aparición del cadáver del anciano pondrá en entredicho esta imagen bucólica y hará temer lo peor…

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La novela de Louise Penny nos generó sensaciones contradictorias…

Por un lado, nos gustó mucho el acogedor y misterioso Three Pines, el pequeño pueblo turístico perdido en mitad del bosque que, como apuntábamos más arriba, recuerda mucho al mítico "Twin Peaks". Al igual que el topónimo lyncheano, Three Pines tiene también algo de lugar soñado, mezcla aparentemente contradictoria entre paisaje bucólico de cuento infantil y solitaria localización de historia de terror en el que los acontecimientos transcurren a una velocidad extraña y las emociones humanas se amplifican para adquirir una relevancia especial (“Para encontrar a un asesino sigues las pistas, sí. Pero también las emociones.”) Así mismo, cabría apuntar también la influencia del "Walden" (1854) de Thoreau. Este libro, que narra la experiencia del autor durante los dos años y medio que vivió solo en una cabaña, cerca del lago Walden (Massachusetts), aparece citado en varias ocasiones a lo largo de la novela de Louise Penny y ayuda a delimitar la imagen de Three Pines como último lugar urbanizado antes del estallido de la naturaleza salvaje y caótica donde es muy fácil perderse (“nunca jamás entres solo en el bosque”).

También nos gustaron mucho los peculiares personajes que habitan Three Pines. No nos atrevemos a afirmar que se trata de personajes extravagantes o raros pero tampoco se puede decir que estén completamente en sus cabales. Salvo Gamache ( y tampoco podemos pronunciarnos claramente sobre él porque no hemos leídos las novelas anteriores a la presente) todos tienen un punto de desequilibrio que amaga algo imprevisible, tal vez un sentimiento escondido hacia algo o hacia alguien o un secreto vinculado con su pasado, que parece amenazar su aparente felicidad. La tensión entre lo que dicen y lo que piensan los personajes (“nunca des por hecho que sabes lo que piensa otra persona”) es una de las grandes fuentes de intriga del libro.

Y también apreciamos la dimensión culinaria de la novela (a menudo la investigación se desarrolla en torno a platos riquísimos…) y la poética, que la autora desarrolla gracias a los préstamos de autores como Margaret Atwood, Ralph Hodgson y Mike Freeman. “Donde me dejen quedo, hecha/ de piedra y de ingenuos deseos:/ que la deidad que mata por placer/ cure también…” Por regla general, los poemas entran en escena a través del personaje de Ruth Zurdo, la poetisa local, que parece estar obsesionada con la escritura de misteriosos mensajes-pista en verso que de alguna manera u otra siempre acaban llegando a manos del inspector Gamache.

Pero por otra parte, la novela de la escritora canadiense nos suscitó una serie de críticas negativas (por su linealidad, por su inocencia y por el ligero proselitismo camuflado que percibimos en ellas) en torno a un planteamiento moral entre cristiano y New Age de fondo que en nuestra opinión constituye la tesis de la novela.

Interpretamos que en "Una revelación brutal" la autora pone en marcha una historia sobre un asesinato en una comunidad de vecinos idílica y en un lugar que bien podría ser un jardín del Edén actualizado para demostrar (desde su punto de vista, claro) que el ser humano en el fondo es bueno y que a pesar de haber pecado, Dios (“Y si tienes a Dios lo tienes todo”) siempre está ahí para inspirar una suerte de revelación que consiste en tomar conciencia de los errores cometidos e iniciar un proceso de concienciación y arrepentimiento (“Pero no hay donde ocultarse de la conciencia.”)

Este planteamiento otorga a la novela una especie de tono “buenista” que queda claramente reflejado en el tratamiento que la autora procura a sus personajes. Prácticamente todos, incluso aquellos que en algún momento pasado o presente cometieron graves errores, errores difíciles de asumir, son tratados desde la comprensión y la compasión. También es visible en su manera de actuar… Nos parece significativo que muchos de los personajes terminen confesando sus errores y ejemplificando así la tesis de la autora.

Tal vez, el único personaje que se mantiene un poco al margen de esta retórica de pecado y arrepentimiento es el jefe Armand Gamache que aparece siempre como una especie de santón o profeta, o de Emily Carr (la pintora que inspiró el título del libro así como alguna de sus escenas finales) reconvertida en jefe de la Sûreté. Por cierto, ¿por qué no habrá elegido Louise Penny a un hombre como protagonista de sus novelas? Gamache tiene una especie de tendencia asexuada que no convence… Es como si detrás del policía se intuyera la mano de la autora.

No es que nosotros no confiemos en el género humano pero el esquema explicativo trazado por Louis Penny en esta novela nos parece poco fiable y adolece de una especie de optimismo un tanto infantil que no podemos compartir. Atendiendo a los tiempos que corren (¡pero si el problema es precisamente que hoy en día nadie tiene conciencia ni se arrepiente de nada!) invocar categorías como dios, pecado, conciencia y arrepentimiento para trazar el mapa moral del siglo XXI y todas sus complejidades nos parece un gesto obsoleto o como mínimo inofensivo.

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FICHA TÉCNICA

- Título: Una revelación brutal
 - Título en el idioma original: The Brutal Telling 
- Autor: Loise Penny
- País: Canadá
- Año publicación idioma original: 2009
- Editorial: Salamandra
- Páginas: 478
- Valoración personal (1-10): 7


25/5/15

Universo Paranoia


“¿Cómo distinguir la realidad de la ficción?” 
 


"Paranoia", lo último de Franck Thilliez, es una novela muy entretenida y absorbente que podríamos situar en la estela de películas como "Inception" (2010), de series como "Lost" (2004-2010) o incluso de videojuegos como "Portal" (2007), inspirado en "Cube" (1998), la película de culto dirigida por Vincenzo Vitali.

"Paranoia" cuenta la historia de Ilan Tresserres, un joven empleado de una gasolinera y guionista de videojuegos frustrado, que tras la pérdida de sus padres en un accidente vuelve a contactar con una antigua novia llamada Chloé. La muchacha propone a Ilan que participe con ella en un misterioso juego de rol llamado Paranoia en el que ambos estuvieron involucrados tiempo atrás. Al principio, el muchacho se resiste porque no quiere volver a engancharse a un juego que tiene más de leyenda urbana que de realidad, pero la insistencia de Chloé, que parece haber descubierto una pista definitiva, y un premio de trescientos mil euros para el ganador acabarán por convencerle de que es la única opción que tiene al alcance para cambiar su vida.

La novela de Thilliez es un thriller puro que parece haber sido concebido como una especie de laberinto narrativo cuyo objetivo no es tanto (o al menos nosotros lo entendimos así) contar una historia con un principio, un desenlace y un final sino captar lectores e inocularles la necesidad de descubrir ese universo, habitarlo, interpretarlo hasta la saciedad y quién sabe si extenderlo o reproducirlo de algún modo. "Paranoia", y este es a nuestro juicio uno de sus valores más interesantes, reúne todas las cualidades para convertirse en el punto de partida de una narrativa transmedia.

Es posible que a los lectores más interesados en la novela negra, la del francés les parezca un tanto vacía o artificial, esto es, un simple juego de entretenimiento y astucia interpretativa... Ciertamente, en Paranoia no se aprecia ningún interés por retratar o incidir sobre alguna problemática social, política, económica, de corrupción, de crimen organizado...

Tampoco se muestra interés por retratar a fondo la realidad de la ciudad que acoge a los personajes en el primer tramo de la novela… La novela de Thilliez tiene dos partes bastante bien definidas. En la primera el autor sitúa a los personajes en la ciudad de París, que como escenario resulta ser bastante anecdótica e intercambiable por cualquier otra ciudad. De hecho, hacia la mitad de la historia, el escenario parisino se desvanece y la acción se traslada a una clínica psiquiátrica perdida que funciona claramente con las pautas de un escenario de videojuego.

Por otra parte, si nos fijamos en los personajes, advertimos que solo los mueve la adrenalina, la adicción a los juegos de rol y el interés por ganar un premio de trescientos mil euros. Salvo Ilan, los personajes de la novela de Thilliez no evolucionan, son prácticamente estancos, de una pieza… Diríamos que parecen estar hechos de bits.

Y más allá de la enfermedad mental que da título a la novela y de la posible reflexión acerca del desvanecimiento de los límites entre ficción y realidad que podría derivar de ésta, no resulta nada fácil dirimir cuál es el tema de fondo de la novela…

En cualquier caso, todo esto que acabamos de decir no excluye el hecho de que "Paranoia" sea una novela muy bien diseñada, de lectura ágil y rápida, que consigue enganchar al lector de una manera francamente insana. Identificamos al menos dos elementos que a nuestro juicio contribuyen a producir este efecto:

En primer lugar, tenemos una historia que progresivamente conduce a los personajes (y al lector) hacia un entorno donde las nociones de realidad e invención se confunden, un entorno donde la fiabilidad del las reglas, recuerdos e historias que deberían dar credibilidad a los personajes entran en una crisis ontológica profunda que recuerda al vaivén de sombras de la caverna platónica. Esta circunstancia hace que todo se tambalee y parezca cuestionable a ojos del protagonista y también a ojos del lector.

Esta especie de fragilidad de la lógica narrativa, a la que por ejemplo también contribuye la indefinición premeditada que envuelve al narrador de la historia (¿quién es el narrador?), obliga al lector a avanzar en la lectura con la esperanza de encontrar la solución que le permitirá dar con la interpretación correcta.

En la novela de Thilliez ya no se trata tanto de ordenar el caos generado por un asesinato (novela policial y detectivesca clásica) como de intentar descubrir (tal vez en vano; decídanlo ustedes si se anima a leerla) las confusas leyes que rigen un universo entero (novela laberinto). Nota: A quien se sienta atraído por el tema tal vez pueda interesar el muy completo ensayo de Ramon Espelt, Laberints. Llocs, textos, imatges, films publicado por editorial Laertes en 2008.

Por otra parte, Thilliez es un escritor habilísimo a la hora de mantener el nivel de tensión de la historia mediante una muy bien trabada ristra de capítulos (hay un total de sesenta y cuatro) que funcionan un poco a la manera los episodios de una serie televisiva o incluso a los niveles de un videojuego. Episodios o niveles concebidos de manera que, en una especie de contradictorio equilibrio, contienen la solución del dilema que se planteó en el anterior episodio al tiempo que plantean una nueva brecha que empuja al lector hacia el siguiente capítulo. Y como quien no quiere la cosa el universo narrativo de la novela se va ensanchando poco a poco… "Paranoia" podría describirse como un mecanismo implacable de renovación de la intriga en una sucesión acelerada de pruebas-peligros-pistas que se multiplican de manera aparentemente infinita…

Sobre el final de la novela (Esto que sigue NO contiene spoilers). Suele suceder en muchas historias-laberinto (la serie Lost sería tal vez el caso más paradigmático) que complican tanto la trama que cerrar esa inercia de una manera creíble y dando respuesta a todos los interrogantes que se han abierto es francamente difícil. Los finales de este tipo de historias acostumbran a decepcionar... pero es que hay que tener en cuenta que no están concebidas para ser finalizadas sino todo lo contrario, están pensadas para reproducirse, para expandirse...

Obviamente no vamos a revelarles el final de "Paranoia"… Solo les diremos que mientras leíamos la novela fuimos bastante escépticos sobre el final pero una vez llegado el momento culminante todo encajó y creímos entender la historia, pero acto seguido, y sin saber muy bien cómo, el sentido se volvió a desordenar y, francamente, nos entraron ganas de que la historia continuara para seguir állí dentro…

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FICHA TÉCNICA 

- Título: Paranoia
 - Título en el idioma original: Puzzle 
- Autor: Franck Thilliez
- País: Francia
- Año publicación idioma original: 2015
- Editorial: Destino
- Páginas: 491
- Valoración personal (1-10): 7

20/5/15

Máscaras y demonios

“Si no seguimos buscando el motivo de nuestra infelicidad, nunca nos enfrentaremos a nuestros demonios. Es más fácil insultar, gritar, que ponerse en el lugar de los demás e intentar entenderlos, aceptar que el mal no sólo está fuera de nosotros, sino también, y sobre todo, dentro de nosotros. Tú has dicho una cosa cierta, todos nos escondemos detrás de máscaras. Pero ¿sabes por qué? ¿Sabes por qué lo hacemos? Porque somos humanos, porque tenemos miedo, miedo de morir, de no ser suficientemente queridos, de quedarnos solos…”


Roberta de Falco, pseudónimo de Roberta Mazzoni, (Milán, 1951) confirma con Nadie es inocente aquello de que nunca es tarde si la dicha es buena... A sus sesenta y cuatro años y con una larga trayectoria como guionista de cine y televisión a sus espaldas, la italiana publica su primera novela. Una primera novela muy madura que más bien parece la cuarta o quinta obra de una novelista consolidada. Nadie es inocente es una novela elegante, equilibrada y muy bien construida que constantemente parece contradecir su condición de opera prima…

La de de Falco es una novela que en un primer momento parece desprender una cierta aura de comedia inofensiva que el lector imagina va a imponerse sin más a lo largo de toda la narración, pero a medida que la historia avanza se hace evidente que hay algo más, una sombra bien negra que se asoma de manera progresiva y se confunde con esa primera imagen.

Y es que "Nadie es inocente" es una de esas novelas con doble fondo. Existe, como decíamos, un primer nivel amable, entretenido, que tiene algo o mucho de comedia de enredos a la italiana, pero también existe un segundo nivel duro, directo, amargo desde el que la autora destila un retrato terriblemente pesimista de la condición humana, de la historia pasada de Trieste, de los tiempos que corren y del futuro que nos espera.

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La novela arranca cuando un corredor de fondo encuentra el cadáver de una anciana en el muelle Audace, a dos pasos de la plaza Unità, delante del hotel Savoia, en la ciudad de Trieste. La mujer, viuda desde hacía unos años, vivía en compañía de una cuidadora de origen brasileño y un jardinero en una villa solitaria que siempre fue objeto de deseo y disputa por parte de muchos. De hecho, después de su muerte todavía lo sigue siendo…

La anciana, que nunca despertó la simpatía de prácticamente ninguno de sus familiares y conocidos, apenas contaba con una amiga. Y es que, Úrsula Cohen, así se llamaba la víctima, se ganó a pulso una sólida fama de mala persona... El comisario Ettore Benussi de la brigada de Trieste será el encargado de investigar el caso.

Benussi es un tipo perezoso, descreído, cínico, que está a punto de jubilarse y sólo aspira a dejar pasar los días con la habilidad suficiente para evitar esfuerzos y preocupaciones que él juga inútiles. Es por eso que detesta los casos difíciles como el de Úrsula Cohen...

Los detesta casi tanto como detesta al alocado novio de su hija adolescente Livia, que atraviesa un mal momento, o al idealismo inocente de la pareja de jóvenes y voluntariosos inspectores Elettra Morín y Valerio Gargiulo, que le ayudarán a llevara adelante la investigación.

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Lo más destacado: 

Una tragicomedia muy negra

Tal y como comentábamos al principio de esta reseña la novela de de Falco destaca sobre todo por su gran capacidad para conjugar con éxito dos registros aparentemente irreconciliables: por una parte tendríamos el planteamiento cómico-sarcástico que por ejemplo se articula en torno a la herencia de la casa de la señora Cohen y, por otro, la concepción fatalista de la historia y del ser humano que se deprende del legado de horror de la experiencia de la ocupación nazi, la Risiera di San Sabba… que marcará la vida de la señora Cohen y de otros personajes. Manejarse bien en esos dos terrenos y combinarlos de manera que el resultado sea creíble es realmente complicado. Nadie es inocente es posiblemente la mejor novela tragicómica que hemos leído últimamente. 

Una protagonista pesimista y desencantado

La novela de de Falco avanza a partir de los progresos de un investigador que ejerce de protagonista de la novela. Nos referimos al comisario Ettore Benussi. Hace muchos años, Benussi se licenció en ciencias políticas, pero por alguna razón terminó metido a policía y la vida y la calle lo volvieron un melancólico desencantado. Benussi vive poseído por una suerte de pasividad o pereza fatalista (como la ciudad de Trieste, afirmará él mismo al principio de la novela) que le hace denostar cualquier instinto que tenga algo que ver con el idealismo.

El comisario está convencido de que Occidente ha perdido el rumbo y que ya es tarde para enderezarlo o ni siquiera para mejorarlo en alguna medida. Ahora solo aspira a jubilarse, estar tranquilo, disponer de tiempo para escribir novelas policíacas inspiradas en sus experiencias como policía y seguir una imposible dieta Dukan que posiblemente no es más que una manera de rechazar su pasado…

Benussi es un tipo con graves defectos (“criticaba en los demás lo que siempre se perdonaba a sí mismo”) pero todavía conserva diríamos que de manera casi inconsciente y algo irracional una especie de reserva final de emergencia (como un último paracaídas) de nobleza, compasión, amor... que de alguna forma compensa in extremis su pesimismo exacerbado y posiblemente le permita dar sentido a su existencia. 

Una novela coral

En cualquier caso, y como buena tragicomedia que es, en la novela de de Falco el protagonismo del comisario Benussi nunca es arrollador o exclusivo. En "Nadie es inocente" se desarrolla una importante dimensión coral de manera paralela a la evolución del personaje del comisario que permite al lector ahondar en la biografía de un considerable número de personajes e interpretar el mismo asesinato desde varios puntos de vista.

En este sentido cabe destacar que a pesar de sus diferencias muchos de los personajes que conforman "el coro" de la novela tienen bastantes rasgos comunes. Rasgos que sobre todo apuntan a una infancia hostil o incluso traumática (Úrsula Cohen, la víctima, Elettra, Violeta… el mismo Benussi encajaría aquí también) o en términos más generales a una suerte de infelicidad que principalmente tiene que ver con el miedo, el resentimiento, la venganza… y en definitiva con los demonios que cada personaje lleva consigo.

La dimensión coral de la novela de de Falco, que queda muy bien reflejada en el título, es fundamental para entender las motivaciones del asesinato de la señora Úrsula Cohen. Y aquí encontramos lo que a nuestro juicio es el elemento más original de la opera prima de la novelista italiana: un solo crimen es capaz de convocar y simbolizar algo así como la historia reciente del desplome moral de Occidente, el fin de los grandes relatos, de las grandes esperanzas… desde los la debacle ocasionada por el régimen nazi (“… es fácil convertirse en un monstruo, si ya no se tienen las fuerzas para oponerse al Mal…”) hasta la pérdida de valores y de inercia combativa de la sociedad actual (“Era como si un cansancio mortal se hubiese adueñado de la Humanidad entera…”)

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FICHA TÉCNICA

- Título: Nadie es inocente
- Título en el idioma original:Nessuno è inocente
- Autor: Roberta de Falco
- País: Italia
- Año publicación idioma original: 2014
- Editorial:Edhasa
- Páginas: 316
- Valoración personal (1-10): 8

11/5/15

Blanca como una mente en blanco

“¡Ah! Argel...
Blanca como una mente en blanco…”

“—¿Conciencia? ¿Y eso qué es? – grita Slim para hacerse el gracioso.
—Un tumor maligno en el cerebro – le informa el banquero.”  



"A qué esperan los monos..." es la esperada nueva novela del autor de la trilogía de Argel Mohamed Moulessehoul, más conocido como Yasmina Khadra, después de un silencio de prácticamente siete años. La de Khadra es una novela dura, contundente y muy comprometida que denuncia con especial virulencia la corrupción, el caciquismo y la escandalosa impunidad con la que ha actuado la clase dirigente del país (los rboba que mueven los hilos en la sombra) a lo largo de los últimos cincuenta años.

Combinando pasajes de un suntuoso pero sincero lirismo con otros dominados por diálogos rápidos y tajantes que recogen los giros y modos de hablar de la calle, el escritor argelino traza un retrato demoledor sobre su país que no dejará a ningún lector indiferente. 

Tras la lectura de esta novela da la impresión de que medio siglo después de su independencia, Argelia no ha querido o no ha sabido avanzar hacia un modelo de sociedad más justa y democrática. A juzgar por el relato de Khadra, la Argelia actual permanece sepultada bajo la losa del miedo que ejercen aquellos que en su momento se hicieron pasar por liberadores de la patria (a la menos así vendieron el relato) pero que finalmente acabaron ocupando el puesto de los colonizadores, también por la losa del servilismo ruin y cobarde que únicamente aspira a integrarse en el nefasto sistema y por la larga sombra de la corrupción que ha llegado a impregnarlo todo vaciando las conciencias de principios y desechando cualquier posibilidad de cambio…

Ya queda lejos el clamor de las plazas de la primavera árabe. Clamor que a pesar de las manifestaciones de 2010 y 2011, leemos en algunos artículos periodísticos, en Argelia fue solo un ruido de fondo que no logró inducir los cambios que tuvieron lugar en otros países. En la actualidad el inmovilismo es total. Parece que a fecha de hoy en Argelia queda poco margen para la esperanza.

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La novela de Khadra arranca cuando hallan el cadáver de una joven en el fondo de un barranco en el bosque de Bainem. A juzgar por su vestimenta, el cuerpo sin vida está ataviado por un delicado vestido de novia, parece que la chica fue secuestrada en plena boda... Le encomiendan el caso a la comisaria Nora Bilal, una mujer fuerte y decidida de unos cincuenta años dispuesta a llegar hasta el fondo del asunto. Para ello tendrá que lidiar con la actitud “falocéntrica” de muchos de sus colegas que no soportarán que una mujer esté al mando de la investigación.

En cualquier caso, lo peor vendrá cuando las pistas del caso apunten hacia las altas esferas. En ese momento, la máquina implacable que protege a los intocables, a los rboba que tejen y destejen a su antojo el destino del pueblo argelino, empezará a funcionar y la investigación que encabeza Nora se volverá una misión sumamente peligrosa…

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Lo más interesante:

La visión crítica sobre la historia reciente de Argel y sus medios y argumentos legitimadores. Ya lo hemos avanzado al principio de esta reseña, en A qué esperan los monos… Yasmina Khadra es una novela denuncia que ataca con ferocidad la manipulación desvergonzada a la que el régimen argelino somete el relato sobre la independencia del país para traducirlo en legitimidad histórica (autootorgada, obviamente) que entre otras cosas se utiliza para justificar la escandalosa permanencia en los puestos de mando de la misma casta (“Los rboba de Argel no morirán nunca. Cuando no queden estrellas en el cielo […] los boba seguirán ahí, de pie sobres cenizas de un mundo desaparecido…”).

Cabe recordar que salvo cuando lo hicieron los militares durante la década de los 90, el Frente de Liberación Nacional (FNL), el antiguo partido único, lleva gobernado Argelia desde su independencia, el 10 de julio de 1962.

También es interesante el retrato que realiza el escritor argelino de los medios de comunicación de su país y del llamado periodismo de opinión (en oposición al periodismo de información, inexistente) que permite controlar las conciencias y mantener el statu quo.

Un magnífico mosaico de personajes. También nos gustó mucho la selección de personajes y su clara (diríamos casi didáctica) caracterización. Desde el rboba Haj Saad Hamerlaine, pasando por Ed Dayem, el capitoste de los medios de comunicación, o el teniente corrupto Guerd, o el impotente inspector Zine, o la misma Nora Bilal…, todos parecen funcionar como prototipos o representantes de los distintos roles que participan en el drama argelino: continuismo-sadismo-maldad (“No hay poder duradero sin maldad”, dirá Hamerlaine), colaboracionismo-supervivencia-pérdida de la identidad moral (“ignoro totalmente quién soy”, dirá Ed Dayem), miedo-desesperación-indignación (“¿A qué esperan los monos…?”, se preguntará Sid-Ahmed)...

La novela de Khadra no es una novela coral pues tiene una protagonista que lidera la acción de la trama prácticamente hasta el final (la comisaria Nora Bilal), si bien pensamos que ese impulso o vocación está presente desde el principio. A medida que la novela avanza el autor parece elegir la panorámica general, el retrato de conjunto de la sociedad argelina, antes que el desarrollo de un personaje concreto Esto hace que el protagonismo de Nora se diluya en favor de otros personajes que en otras circunstancias no hubieran tenido tanto espacio.

El final de la novela. Obviamente no les revelaremos el final. Solo diremos que la novela renuncia sin ambages a la falsificación que hubiera supuesto un final, como decirlo, confortable para el lector. Khadra es coherente con su planteamiento crítico de partida y propone un final que conmueve. Un final que sin dejar de ser pesimista es capaz de dejar en el lector un último poso de esperanza.

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FICHA TÉCNICA

- Título: A qué esperan los monos...
- Título en el idioma original: Qu' attendent les singes
- Autor: Yasmina Khadra
- País: Argelia
- Año publicación idioma original: 2015
- Editorial: Alianza
- Páginas: 363
- Valoración personal (1-10): 8


28/4/15

Como se enrosca una serpiente


“Una tarde, el Anticuario sale de su torre a dar una vuelta por la ciudad, siguiendo una larga calle curva que se va cerrando sobre sí misma, como se enrosca una serpiente, y él va, la nariz sumergida en uno de sus tomos, perdido en un libro de ficción o uno de historia, da lo mismo…”





Poderosísima y exigente novela del escritor peruano Gustavo Faverón Patriau (Lima, 1966). Despertó nuestra admiración y nos exasperó a partes iguales. "El Anticuario" es una novela muy elaborada que logra combinar con inusual destreza la intriga detectivesca, la fabula borgiana y el terror gótico. El coctel de géneros es atrevido y original pero al mismo tiempo presenta un desarrollo muy complejo que exige mucha atención y también, por qué no decirlo, mucha paciencia por parte del lector.

En cualquier caso, entendemos que de haber sido más amable y legible, esto es, de haber arriesgado menos, la novela de Faverón no hubiera conseguido el efecto tan sugerente e inquietante que en nuestra opinión logra producir. De hecho, entendemos que muchos de los virtuosos excesos de los que hace gala la novela han sido precisamente concebidos para confundir y desorientar al lector de manera que el mismo acto de lectura, posiblemente ese es su gran logro, funcione como música sibilina que casi inconscientemente conecta al lector con el trasfondo lingüístico-patológico sobre el que gravita la novela.

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"El Anticuario" cuenta la historia de un psicólogo y psicolingüista viudo de nombre Gustavo (como el autor de la novela) que un día recibe una misteriosa llamada telefónica de un amigo de los tiempos de la universidad. Daniel, así se llama el amigo, lleva tiempo recluido en una clínica psiquiátrica a causa de un crimen cometido en el pasado. Tres años atrás, y sin motivo aparente, Daniel acabó con la vida de su esposa Juliana asestándole treinta y seis cuchilladas. Gracias al dinero de la familia el hombre pudo evitar la celda de una cárcel pero a cambio fue a parar a la celda de una clínica psiquiátrica poblada por extraños pacientes.

Ahora parece estar atravesando un mal momento y ha decidido recurrir al amigo psicólogo. Gustavo se siente en deuda con Daniel puesto que después del asesinato nunca encontró el momento para interesarse por su situación, si bien, por alguna extraña razón, siempre se sintió impelido a hacerlo, y accede a visitarlo a la hora del almuerzo.

El encuentro con Daniel tendrá para Gustavo un efecto extraño, entre terapéutico e inquietante. Tras escuchar su relato plagado de acertijos y silencios el psicolingüista decidirá lanzarse a investigar el trágico pasado del amigo asesino con el objetivo de entender qué fue lo que ocurrió realmente…

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Lo más destacado:

Una historia sobre literatura, celos y locura

El Anticuario es una novela sobre el amor, los celos, la soledad, la locura y también sobre literatura y lenguaje entendidos ambos como cárceles, como rituales patológicos (“las enfermedades mentales te hacen hablar pero convierten el lenguaje en un ritual”) pero también como formas de resistencia y libertad.

Atmósfera terminal

El Anticuario es una novela impregnada de principio a fin por una atmósfera salvaje y macabra que deja entrever un escenario terminal o postapocalíptico como de posguerra o de país devastado por una enorme tragedia que parece no dejar escapatoria ni esperanza a los personajes que lo habitan.

Ambigüedad detectivesca

Pensamos que El Anticuario no es exactamente una novela negra. Incluso diríamos que está al límite de no ser una novela detectivesca puesto que, si bien es cierto que hay un personaje (Gustavo) que lleva a cabo una suerte de investigación (que se articula a partir del recuerdo-evocación de su relación con Daniel, de las entrevistas que Gustavo mantiene con los antiguos compañeros del asesino y de las visitas a la clínica psiquiátrica), hasta prácticamente la mitad de la novela no queda claro cuál es el objetivo de todo esto. Parece como si de manera premeditada el autor intentara eludir esta cuestión para generar en el lector una cierta confusión.

Impecable artefacto “lynchiano”

Y es que de hecho, la novela de Faverón destaca sobre todo por su capacidad para despistar y confundir al lector. Son varias las técnicas y estrategias que el escritor peruano emplea para conseguir este objetivo. Destaca en primer lugar el constante (o casi mejor decir paranoico) vaivén entre los distintos narradores interpuestos que se pasan el testigo a lo largo de la novela. Realmente hay que estar muy atento para no olvidar quien está narrando y a quien se dirige.

A su vez, Faverón pone en marcha una prosa trabajada, densa, tortuosa... La novela está plagada de frases larguísimas que a menudo se extienden por espacio de más de una página. La prosa del escritor peruano es de una viscosidad orgánica, es como un líquido denso que invade la página hasta ocultarla bajo una inmovilidad sonámbula que de nuevo exige toda la atención del lector.

Por otra parte, los capítulos suelen iniciarse con un breve diálogo aparentemente absurdo que recuerda al kōan de la tradición zen (problema aparentemente absurdo que no admite una solución lógica o lineal sino que exige del uso de la intuición)

Y también llama la atención la utilización de una serie de fragmentos en cursiva intercalados entre los capítulos de la novela que aparentemente permanecen desgajados de la historia principal, en una especie de dimensión narrativa paralela.

La conjugación de todas estas estrategias consigue imponer una atmósfera nebulosa difícil de gestionar por parte del lector que nos hizo pensar en la manera de contar historias de David Lynch (pensamos sobre todo en películas como "Lost Highway", "Mulholland Drive"…) El lector-espectador es siempre una víctima de la avalancha de imágenes (en el caso de Lynch) y de la escritura (en el caso de Faverón) puesto que se ve completamente superado a la hora de interpretar una historia que altera todos los parámetros y convenciones de una narración lineal. El lector de El Anticuario en todo momento se ve forzado o incluso violentado para abandonar su posición de comodidad y adoptar una actitud creativa.

Una historia atravesada por muchas historias

Como sucede en Las mil y una noches o en la obra de José Luis Borges, "El Anticuario" es una novela que funciona como conglomerado de historias y narraciones. Son muchos los relatos que atraviesan la trama principal: el del psiquiatra-paciente que diserta sobre las clínicas psiquiátricas, los hechos de la vida del doctor nazi Magnus Schwarzkopf que cuenta Yanaúma, la historia de los hoteles para muertos, la historia sobre la enfermedad de Ehlers y Danlos, las aventuras del poeta Feng Menlong…

En un primer momento, y más allá de la atmósfera siniestra, todas estas historias no parecen mantener una conexión clara, si bien a medida que la novela progresa o, mejor dicho, se enrosca "como una serpiente" su consanguineidad se hace más evidente y terminan por integrarse en una especie de juego fractal-simbólico en el que todos los relatos apuntan en la misma dirección.

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Resumiendo, "El Anticuario" es novela laberíntica, rica y sofisticada de prosa elaboradísima y factura impecable solo apta para lectores versátiles (no necesariamente amantes de la novela negra y policial) interesados en Borges, Bolaño, Lynch, Poe, Lovecraft… que además entiendan la literatura y sobre todo la lectura desde una perspectiva creativa y participativa.

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Entre 2005 y 2011 Gustavo Faverón administró el blog, Puente Aéreo (http://puenteareo1.blogspot.com.es/), un sitio para la discusión de temas de cultura y sociedad, preeminentemente vinculados con las letras, que ha sido considerado uno de los más influyentes de Hispanoamérica en los últimos años.

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FICHA TÉCNICA

- Título: El Anticuario
- Autor: Gustavo Faverón
- País: Perú
- Año publicación idioma original: 2015
- Editorial: Candaya
- Páginas: 248- Valoración personal (1-10): 8

20/4/15

Pasado, presente, futuro

“El pasado no se puede cambiar. Pero el pasado puede cambiar el presente y el futuro.”
 


Magnífica primera novela de la escritora y ex agente del Cuerpo de Policía de Nueva Gales del Sur (Australia), Pamela Newton. A pesar de ser su primera incursión en el campo de la novela, en "La vieja escuela" la escritora australiana hace gala de una extraordinaria madurez narrativa que a nuestro juicio está a la altura de los grandes autores noir del momento.

"La vieja escuela", cuya versión original (The Old School) fue publicada por Penguin en 2010, es una novela seca y dura que apunta directamente a la realidad y que no hace concesiones ni se pierde en efectismos a la hora de retratar desde una perspectiva muy crítica la historia reciente de su país. Una historia que en buena parte ha sido ignorada e incluso silenciada durante mucho tiempo por parte de las instituciones y los medios de comunicación australianos.

De hecho, a juzgar por lo que cuentan diversos artículos que hemos podido leer mientras escribíamos esta reseña, en la actualidad el proceso de asimilación y confrontación de la sociedad australiana con su propio pasado sigue originando intensos debates que no siempre terminan en consenso. En manos de Pamela Newton la parte sepultada de este pasado sale a la luz y vuelve a sangrar con rabia e indignación e inevitablemente obliga al lector a plantearse muchas cosas…

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"La vieja escuela" está ambientada en Sídney y sobre todo en Bankstown un suburbio situado a veinte kilómetros al suroeste de la capital. La acción transcurre en 1992, un año fundamental para el reconocimiento de los derechos de los aborígenes australianos. La Corte Suprema de Australia acaba de establecer la nulidad del concepto terra nullius (tierra de nadie), que durante siglos ha servido para legitimar la usurpación de tierras a los pobladores originarios del continente por parte de los colonos y sus descendientes.

Pero es muy probable que esta noticia no haya llegado a oídos de un viejo conocido de la policía al que llaman Mabo o Black Charlie. Mabo es un indigente, aborigen, que se deja la vida en las calles de Bankstown. Anda siempre cargado con bolsas de plástico, profiriendo insultos, cortando el tráfico, abducido sin remedio por el delirio alcohólico…

De vez en cuando, Ned, la bella policía de madre vietnamita y padre australiano a la que acaban de ascender a oficial, y TC, un veterano policía que fue su mentor cuando ella era una aspirante, se cruzan con él… Ned intenta ser amable pero solo es capaz de una tímida advertencia: “Venga, Mabo, pírate…” Por su parte, y a pesar de que Ned no quiere verlo, TC simplemente lo desprecia. Lo desprecia casi con la misma intensidad con la que desprecia la flamante Comisión Anticorrupción que se acaba de poner en marcha para restablecer el orden y la integridad de las prácticas del cuerpo de policía.

En este contexto, aparecen dos cuerpos sepultados bajo los cimientos de una torre de pisos que fue construida a mediados de los setenta y que en la actualidad se encuentra en proceso de demolición. Asignan el caso a Ned y TC. Ned está acostumbrada a robos, allanamientos, casos de conducción temeraria pero no a casos de asesinato como el que se plantea ahora. En cualquier caso, la joven agente de la brigada de Bankstown pondrá todo su empeño para llevar adelante la investigación e incluso enfrentarse a los compañeros de la vieja escuela que preferirían dejar las cosas tal como están…

A partir de un cierto momento, un caso que parecía no tener nada que ver con la agente Ned la obligará a aceptar la existencia de un vacío que ni ella misma sabía que llevaba consigo. Un vacío que al ser desvelado la devolverá a su origen, a su infancia, a sus padres y, en definitiva, a su verdadera identidad.

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Lo más destacado:

UNO. El acerado realismo que impregna toda la novela y que sin duda hace valer el importante bagaje policial de la escritora en una comisaría de un suburbio de Sídney. Resulta difícil imaginar que la novela hubiera resultado igual de creíble y contundente sin todos los detalles relativos a procedimientos policiales, lenguaje, gestos, lugares, personajes… a los que únicamente alguien que ha formado parte de un cuerpo de policía durante más de una década ha podido tener acceso de una manera natural. La habilidad literaria de Newton para recrear ese mundo de una manera fiel y realista nos parece admirable.

DOS. La solidez del pulso narrativo de la escritora australiana que permanece inalterable a lo largo de toda la novela. La vieja escuela es como uno de esos trenes nocturnos de mercancías que se abren camino en mitad de la noche sin necesidad de detenerse en ninguna estación. Tiene una fuerza “de fondo” que nosotros asociamos antes a la constancia y la acumulación que a la velocidad o al efectismo. Realmente, sorprende que se trate de una opera prima. La manera de escribir de Pamela Newton nos recordó mucho a escritores como David Simon, creador de la mítica serie de la HBO "The Wire", o George Pelecanos, autor que imaginamos la escritora australiana debe conocer bien porque, además de los paralelismos estilísticos que pueden establecerse entre ambos, de él es la cita con la que arranca la novela… Mire, un asesinato no se resuelve nunca. Salvo que los muertos pudieran volver de la tumba. Cuando alguien muere asesinado, para sus seres queridos, para sus familiares y para la sociedad es para siempre.

TRES. "La vieja escuela" es una novela negrísima que ofrece un muy interesante retrato de Australia durante el periodo que va de mediados de los años setenta hasta principios de los noventa del pasado siglo. Un retrato que como apuntábamos más arriba pone especial énfasis en las conflictos sociales y raciales que han condicionado la historia del país en las últimas décadas. Diríamos que son tres los temas de fondo que aborda la novela: 1) los conflictos sociales derivados de la represión a la que fueron sometidos los pueblos aborígenes australianos, que precisamente a principios de los setenta (momento en el que se fecha el asesinato objeto de la investigación) empezaron a organizarse para reivindicar sus derechos; 2) las prácticas racistas que llevaron a cabo muchas instituciones no solo para con los miembros de la comunidad aborigen sino también para con los inmigrantes “no blancos”, sobre todo asiáticos, muchos de los cuales tuvieron que emigrar a ese país después de la guerra de Vietnam; y 3) la profunda corrupción policial que durante décadas dio cobertura a todas estas injusticias.

CUATRO. Nos gustaría destacar por último el acierto de Newton a la hora de ligar la visión “macro” referida a la historia reciente de Australia y al llamado “Gran silencio australiano” con la biografía “micro” de Ned, la protagonista. Este planteamiento, que genera dos intrigas simultáneas que al final terminan convergiendo, podría interpretarse tal vez como metáfora de la imposible disociación (a pesar del paso del tiempo y de la tendencia a la amnesia colectiva) entre la actitud represiva o desinteresada de una sociedad respecto a determinadas injusticias que se dieron en el pasado y de las que esa misma sociedad es en parte responsable, y la identidad de cada uno de los ciudadanos que la integran.

Y de ahí la constructiva cita que hemos elegido para encabezar esta reseña: “El pasado no se puede cambiar. Pero el pasado puede cambiar el presente y el futuro.”

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FICHA TÉCNICA

- Título: La vieja escuela
- Título en el idioma original: The Old School
- Autor: Pamela Newton
- País: Australia
- Año publicación idioma original: 2010
- Editorial: Pàmies
- Páginas: 397
- Valoración personal (1-10): 9

12/4/15

El primer caso de Vince Treadwell

- No pienso dejarlo
- ¿Dejar el qué, Vince?
- Dejar de ser yo mismo.



"Besos para los malditos", la primera novela del inglés Danny Miller, es una novela de corte clásico que rinde homenaje al cine y la literatura noir. La fuerte carga épico-nostálgica del acertado título en español (el original, "Kiss me Quick", es bastante más contenido), así como la fotografía de la portada dejan entrever que la novela funciona también como sentido homenaje a toda una época, los años sesenta, y a un lugar, la turística población de Brighton, que en 1964 fue testigo de violentos enfrentamientos entre bandas de mods y rockers. En cualquier caso, y más allá de esta sugerente ambientación, la novela de Miller nos ha interesado sobre todo por lo primero, esto es, por su capacidad para crear y desarrollar personajes que sienten, piensa, actúan y hablan como personajes clásicos sin ser por ello meras copias o repeticiones.

Es verdad que los personajes de "Besos para los malditos" tienen algo o mucho de tópico. Ciertamente tuvimos la sensación mientras leíamos la novela de haberlos encontrado en la gran pantalla o en alguna una novela en más de una ocasión. Pero al mismo tiempo también apreciamos en ellos un aura de originalidad, posiblemente derivada de la multiplicidad de referentes que el autor pone en juego, que a nuestro juicio los hace parecer auténticos y creíbles para un lector del siglo XXI. Es como si el autor hubiera conseguido destilar algo parecido a la esencia mítica de los personajes prototípicos de la novela y sobre todo del cine negro clásico para trasvasarla a unos personajes que funcionan como receptores de una tradición entera.

Obviamente cuando nos referimos a los personajes estamos pensando en el protagonista de la novela, Vince “Manos Limpias” Treadwell, el insobornable detective que lleva a cabo la investigación que articula la novela, pero también en Henry “Piel Roja” Pierce, el ex luchador profesional que hace las veces de conductor-guardaespaldas de Jack, en Bobbie Lavita, la atractiva cantante novia de Jack que inevitablemente despertará el interés de Treadwell… y sobre todo en Jack Regent, el misterioso, culto y sádico gánster que nos hizo pensar mucho en Harry Starks el mítico protagonista de la trilogía de Jake Arnott.

El primer caso de Vince Treadwell arranca en 1964, cuando un tipo al que llaman Tommy el Trizas aparece muerto en un local del Soho propiedad de Lionel Duval, uno de los empresarios más importantes del West End londinense. Vince acude a la escena del crimen junto con Eddie Tobin, un veterano policía que está a punto de jubilarse, para investigar lo sucedido. Pero lo que debería haber sido una jornada de trabajo policial normal se complica inesperadamente hasta el punto de que Vince termina en el hospital gravemente herido.

Cuando le dan el alta han transcurrido varios meses desde el incidente y para sorpresa del joven detective el caso está cerrado y archivado. Por otra parte, el inspector jefe Ian Markham está empeñado en mandarlo a Brighton, la ciudad de la que el detective es originario, para investigar un nuevo caso que no parece entrañar demasiados misterios… Un cuerpo decapitado y sin manos ha aparecido en una playa de la localidad. Lo más curioso de todo es que junto al cuerpo han encontrado un cuchillo cuyas huellas dactilares parecen incriminar de manera incontrovertible a Jack Regent, el mítico gánster que marcó la infancia de Vince... Así pues, la tarea del detective no consistirá tanto en resolver el misterio sobre la identidad del culpable como en averiguar su paradero…

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"Besos para los malditos" es una novela sobre corrupción policial, pornografía, chantajes y narcotráfico que parece tener en las problemáticas derivadas de los lazos de sangre y en las deudas y miedos heredados en la infancia dos focos o motores importantes que dan sentido a la historia y a la acción de los personajes.

Como comentábamos más arriba la novela de Danny Miller tiene su valor más destacado en la recreación de unos personajes que desprenden el encanto y la capacidad de seducción de sus referentes clásicos siendo, a nuestro juicio, “los malos” (Regent, Pierce y compañía) los más logrados entre todos ellos. Más logrados incluso que el mismo protagonista que, a juzgar por las descripciones, es un trasunto voluntarioso, bastante violento y algo desorientado del mismo autor.

Así mismo también nos gustaría destacar la elegante trama que consigue atrapar al lector gracias a su imprevisibilidad y a una serie de golpes de efecto (pensamos por ejemplo en la escena final del almacén) que de nuevo recuerdan a algunas películas clásicas del género.

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Resumiendo, "Besos para los malditos" es una novela tocada por una atmósfera de clásico condensado que bascula entre el homenaje nostálgico y el suspense hitchockiano. La novela de Miller se lee bien, no presenta altibajos y entretiene, pero pensamos que en algunos momentos le hubiera sentado bien algo más de intensidad que tal vez se hubiera conseguido podando algunas páginas.

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FICHA TÉCNICA 

- Título: Besos para los malditos
- Título en el idioma original: Kiss me Quick
- Autor: Danny Miller
- País: Reino Unido
- Año publicación idioma original: 2011
- Editorial: Siruela
- Páginas: 389
- Valoración personal (1-10): 7